Para no ser una ciudad muy grande Edimburgo nos ofrece muchas posibilidades de visitas, diversión y entretenimiento. Claro que ser la capital de Escocia le concede algo más que  a otras ciudades de cerca de su entorno. Nos quedamos con esto:

Castillo de Edimburgo:
El corazón de la ciudad es sin duda su castillo, que ha desempeñado un papel crucial en la historia escocesa y que actualmente es una de las principales atracciones turísticas. La visita al Castillo es obligada, no es que sea una de las siete maravillas del mundo pero es una maravilla de la historia de Escocia situado en una colina, se ve desde casi todos los puntos de la ciudad.

Para poder visitarlo tenemos que guardar una cola de gente de más de una hora, bajo una intermitente lluvia, intenso frío y una fuerte humedad, pero sin duda la angustiosa espera ha merecido la pena, el interior del castillo es precioso y dicho sea de paso, las joyas de la corona allí expuestas más todavía.

Royal Mile:
A lo largo de toda la calle encontraréis decenas de callejones  y patios. Merece la pena acceder a algunos de ellos para deleitarse del gusto medieval de la ciudad.

La Royal Mile está dividida en 6 zonas relativamente diferenciadas.

Castlehill y Castle Esplanade:
Estas dos partes de la Royal Mile son las más cercanas al castillo y las más antiguas de Edimburgo, ya que éste fue el origen de la ciudad.
Junto a la puerta de entrada al castillo se encuentra Castle Esplanade, un espacio abierto utilizado en el pasado para la quema de brujas y donde hoy se celebra el Tattoo Festival.

Lawnmarket:
Lawnmarket es la denominación que reciben los pocos más de 100 metros que separan The Hub (iglesia reconvertida en la sede del Festival de Edimburgo) de Bank street, llamada así por conducir al Banco de Escocia.

Debido a su cercanía al castillo, esta parte de la calle es la más saturada de tiendas de regalos En el número 477b se encuentra Gladstone´Land una casa del siglo XVI que ha sido rehabilitada para las visitas.
Hasta el siglo XVII esta calle acogía un mercado de lino.


High Street:
High Street es la parte más conocida de la Royal Mile. En esta zona se encuentra la Catedral de St.Giles, la iglesia Tron, algunas tiendas y gran cantidad de restaurantes y pubs que, aunque tienen cierta vocación turística, también son frecuentados por los locales.


Museo Nacional de Escocia:
Inaugurado en 1998, el moderno edificio del Museo Nacional de Escocia, alberga más de 10.000 objetos, entre los que se incluyen un sinfín de obras de arte, joyas y armas, a través de los cuáles se permite al visitante viajar a través de Escocia, desde sus orígenes geológicos hasta nuestros días, sin salir del edificio.

En la séptima planta se puede disfrutar de unas preciosas vistas de pájaro y aprovechar para hacer algunas fotos.
Como curiosidad, en el museo podréis ver a la conocida oveja «Dolly» disecada.

Calton Hill:
Calton Hill es una colina que se levanta a 98 metros sobre la ciudad de Edimburgo, en el extremo oriental del New Town, y desde la cuál se divisan unas impresionantes vistas panorámicas de toda la ciudad: el Castillo, el Palacio de Holyroodhouse, el risco de Arthur’s Seat, el estuario del Forth, New Town, Princes Street…

En la misma colina se pueden contemplar diferentes monumentos, como el del almirante Nelson, con forma de telescopio, el City Obserbatory, el monumento al filósofo local Douglas Stewart, los restos de una antigua cárcel (Calton Jail), sobre la que circulan numerosas leyendas, o una especie de inacabado templo griego que intenta asemejarse al partenón de Atenas.

El Grassmarket, con el castillo en el fondo, fue un punto focal y un lugar de mercado de la ciudad por 500 años. Aquí se celebraban las públicas ejecuciones del infame Maiden y, siempre aquí, los tristemente famosos William Burke y William Hare buscaban víctimas por su terrible comercio de cadáveres.

La zona ahora es un vivaz centro de atracciones nocturnas y sus calles están hormigueantes de noctámbulos que pasan de los pub llenos de gente a los últimos night-club abiertos. Por el día se pueden visitar tiendas típicas o incluso sólo relajarse sentados a la mesa de cualquiera de los bares.