Año tras año cuando llega la Navidad mi amiga Nostalgia realiza el mismo viaje. Viene desde muy lejos porque tengo una cita con ella, siempre la misma. Nostalgia y yo, nos conocemos desde hace muchos años, tantos como hace que yo, ya no soy pequeña.
El viaje de mi amiga Nostalgia
Durante el año me visita en varias ocasiones, pero en estas fechas es cuando más ilusión me hace. Mi amiga Nostalgia aparece puntualmente para mantener vivo el recuerdo de que un día tuve infancia y una abuela viajera, Mercedes que fue la que me crió y me inició en este maravilloso mundo de los viajes, algún día os contaré más sobre ella.
Ojalá querida amiga que nunca te canses de viajar hasta mi para llenarme de estos maravillosos recuerdos que aunque lejanos siguen tan presentes como si de hoy mismo se tratara…Porque la Navidad está llena de momentos inolvidables, las reuniones con la familia, la llegada de Santa Claus, el Tió, los Reyes Magos y los valses de Viena.
Hoy es día 22 de diciembre de no se que año, pero que importa, igualmente es un día muy especial. Por fin ya estoy de vacaciones, mi colegio ha cerrado su viejo portón de madera para descansar por Navidad y por si fuera poco, hoy es el día del sorteo. Uno de los días más esperados de la Navidad sobre todo para los mayores.
Hace frío en la calle, lo sé porque los cristales de mi habitación están empañados por el vaho y yo, a pesar del estruendo que produce la radio de mi abuela Mercedes, sigo acurrucada entre las pesadas mantas que cubren mi cama, solo se asoma una fría nariz, bueno y los ojos bien abiertos para no perder detalle de lo que pase cuando salga el premio tan esperado.
El dos!, el cinco!, el siete!, el nueve!, vociferan armónicamente e incansables los siempre encantadores niños de San Ildefonso. Ya son las nueve y «el gordo» todavía no ha salido, se hace de rogar, la ilusión de mis abuelos permanece intacta.
Les oigo de lejos, la cocina queda al final del pasillo, el murmullo de sus voces siempre las mismas, simpre discutiendo por nada, el repetitivo cantar de la lotería y ese penetrante olor a sopa de cocido que borbotea sin cesar en el interior de esa vieja y ennegrecida olla marrón.
Siguen cantando los de San Ildefonso, «el gordo» no ha salido, y yo disfrutando del calorcito de las mantas y alimentándome por el olor empiezo a desperezarme, mi abuela Mercedes no tardará en aparecer por la habitación para levantarme de una vez.
Oigo sus pasos acelerados que cruzan el largo pasillo, se acerca apresuradamente, me hago la dormida, ella sabe que finjo, todos los días de mis vacaciones el mismo juego. Se acerca a la cama, posa sus labios en mi mejilla y me da un beso de abuela, un beso amoroso, el primer beso del día, su cara está fría, viene de fregar la calle y un escalofrío recorre todo mi cuerpo.
Venga holgazana levántate! que «el gordo» ya debe estar a punto de salir!, el cola cao y las tostadas están enfriándose en el plato y tu abuelo Martín ya te ha encendido la estufa.
En la calle hace frío, «el gordo» sigue sin salir, y yo sigo disfrutando de mis abuelos con mis pantuflas y mi batín de cuadros azules, delante de una taza humeante de delicioso cola cao, percibo el olor del caldo que sigue borboteando en la vieja olla.
¡Por Fin! el Gordo ya está aquí!, ha llegado el momento de encender la «tele» para disfrutar en blanco y negro, del llorar y reír de los agraciados. Un año mas la fortuna ha pasado de largo, mis abuelos se lamentan por su mala suerte y yo en cambio me alegro de que todo siga igual.
Pasado mañana será Nochebuena y en tres días Navidad y celebraremos en familia estos días tan señalados. Ricas viandas invadirán la mesa de mi abuela Mercedes y alrededor de ellas estaremos todos, mis abuelos, mis padres, mis hermanos, mis tíos y mis primas.
El año que viene seguiré tapándome con mis viejas y pesadas mantas, esperaré a que mi abuela Mercedes cruce ese pasillo para darme el beso, tomaré el cola cao en mi viaja taza, seguiremos esperando con ilusión a que los niños de San Ildefonso canten «el gordo».
Querida Nostalgia, gracias por hacerme viajar de nuevo un año más. Hoy, sentada frente a un ordenador no escucho ninguna radio, ni siquiera tengo alguna, los niños de San Ildefonso parecen haber enmudecido. Abuela Mercedes no ha venido a despertarme y casi no hace frío.
Hoy, soy yo la que prepara el desayuno a mi hijo y ni siquiera tengo cola cao. Ya no están ni mis abuelos, ni mis padres,ni mis hermanos, ni mis tíos, ni mis primas, pero al igual que en mis recuerdos, ricas viandas seguirán invadiendo la mesa.
Hoy, día 22 de diciembre de 2014 he vuelto a tener una cita con mi amiga Nostalgia, porque para mi empieza oficialmente la Navidad, y ha venido para quedarse, pasado mañana es Nochebuena y en tres días Navidad.