Una escapada romántica a Praga los dos solos, como si de unos enamorados sacados de las páginas de la mejor novela de amor se tratara… Paseamos incansables por sus bellas callejuelas empedradas, invadidas por la bruma y el tenue reflejo de las luces que las adornan. Acompañados por la suave melodía que emite el saxofón de un músico callejero que a cambio de unas monedas no parece importarle el que le empape un bucólico a la par que molesto “xiri viri» invernal. Sentados frente a la cristalera de una de las típicas y antiguas chocolaterías de la ciudad, con las manos sobre la taza caliente, contemplamos entre el vao de los cristales, la calle cubierta pon una fina capa de nieve. Al caer la fría noche nos resguardamos al calor de nuestra pequeña habitación de madera situada en una pequeña buhardilla en el centro de la ciudad y con ella termina por completarse esta estancia romántica en Praga.
¿Os ha gustado el relato de nuestra escapada romántica a Praga?, No me digáis que no ha estado chula?… Bueno amigos, pues esta escapada a Praga solo ha existido en nuestros sueños, es verdad que hemos estado en Praga pero no exactamente como os lo hemos descrito, toda esta historia cambió de guión el día que decidimos visitar Praga en familia.
Adiós a los paseos nocturnos por las bellas callecitas empedradas bajo la lluvia o la nieve, adiós a ese pequeño nidito de amor en la buhardilla. Nuestra realidad fue muy distinta, pero no por ello, menos amable. Cambiamos la Navidad por un tórrido verano, la buhardilla por la furgoneta y los paseos románticos a la luz de los candiles por frenéticas actividades de día… amigos! esto es lo que tiene venir a Praga con un adolescente.
Praga es un clásico en cualquier agenda viajera. Es una ciudad maravillosa repleta de edificios históricos y modernos que invita a soñar despiertos, nosotros estamos deseando volver sin niño para materializar nuestra escapada romántica inventada en el primer párrafo del post, pero mientras llega ese ansiado momento, aquí os contamos como vivimos esa otra Praga, la que se disfruta en familia.
Nada más llegar a a la ciudad y después de encontrar un lugar donde alojarnos con la furgo, decidimos bajar hasta el centro Praga que nos quedaba algo apartado. Cogimos un bus y sin vacilaciones nos pusimos en marcha. Lo primero que hicimos fue acercarnos hasta la oficina de turismo, que se encuentra al lado del Ayuntamiento, para informarnos de las cosas que podíamos ver y hacer en las escasas horas de las que disponíamos para conocer la ciudad, nuestro viaje del #Europara3 seguía adelante y teníamos claro que dedicarle un par de días a Praga sería suficiente, Álvaro ya es un adolescente y el ritmo del viaje ya es más activo.
En la oficina de turismo adquirimos las Prague Card, imprescindibles si se viaja en familia y se quiere ahorrar dinero durante la estancia por la ciudad. Con ellas, conseguimos que el transporte público y alguna de las visitas turísticas nos salieran gratis, además de importantes descuentos en más de 50 atracciones turísticas y de interés cultural, como son la visita a monumentos, excursiones, restaurantes, además con la Prague Card te incluyen un mapa de la ciudad de lo más detallado.
Que hacer en Praga con un adolescente
Praga tiene un montón de actividades para los niños, pero claro, un adolescente ya no es un niño y requiere de otras distracciones. Verdad papás de adolescentes?.
En este post os vamos a contar en que empleamos nuestro tiempo mientras anduvimos por Praga con un Álvaro adolescente, seguro que nos dejamos cosas por ver pero para tener tan pocos días, la verdad es que no paramos.
Plaza del Ayuntamiento
Un clásico de toda visita a la ciudad y que sería imperdonable perderse. Unas horas dedicadas solamente a contemplar el batiburrillo de personas y personajes que pueblan esta grande y céntrica plaza de Praga. Lugareños, mimos, artistas, familias, ancianos, niños y sobre todo turistas, muchos turistas como nosotros que disfrutan de esta plaza cada uno a su estilo, si quieres ver como lo hicimos nosotros pincha aquí.
El reloj astronómico
Observamos a pie de calle, entre cientos de curiosos como nosotros, uno de los relojes más famosos de Praga y del mundo. Se trata de un reloj astronómico medieval y que está situado en la torre de la fachada del ayuntamiento. Todos los días, marca las horas entre las 9 de la mañana y las 21horas, es en ese momento cuando su conjunto de figuras se ponen en movimiento, cada una reflejando lo que simboliza. Cuatro alegorías, la lujuria, representada por un príncipe turco, la muerte, como no, representada por un esqueleto, la avaricia con un comerciante judío con su bolsa del dinero y la vanidad, representada por un hombre que porta un espejo en su mano izquierda. A la vez, se abren dos ventanas que se encuentran a ambos lados del reloj y aparecen los doce apóstoles desfilando, uno tras otro.
Tour por la historia de Praga
Aprovechando una vez más que teníamos la Prague Card, decidimos que la mejor manera de recorrer la ciudad y conocer su historia y sus edificios más emblemáticos, era acogernos al tour gratuito que te ofrece esta tarjeta y que te lleva a recorrer toda la historia de Praga, parándote en los lugares más importantes. El tour se realiza en un mini bus en el que puedes elegir el idioma en el que quieres realizarlo, así mismo, puedes apearte de él cuando quieras y retomarlo cuando te apetezca, o hacer como hicimos nosotros, nos dejamos llevar hasta la parte alta de la ciudad donde se encuentra el Castillo de Praga y el famoso callejón del oro, una de las calles más bonitas de Praga y en la que vivió el famoso Franz Kafka, de visitar la Catedral de San Vito que se encuentra en el interior del castillo, regresamos dando un largo paseo, a nuestro aire.
Tour por el río Moldava
Otro atractivo de Praga, que a vuestro joven viajero seguro le va a encantar como nos sucedió a nosotros, es un paseo por el rió Moldava en barco. El trayecto se realiza en pequeños barcos en los que además de disfrutar del paisaje también puedes tomarte una consumición. La duración del tour es de más o menos 90 minutos y es otra buena opción para conocer la ciudad desde otro ángulo. Una atracción turística que te ofrece de forma gratuita la Prague Card.
El Puente de Carlos
Se trata del puente más famoso de Praga y quizás uno de los más visitados del mundo. Con sus más de 500 metros de largo y diez de ancho, este puente comunica la Ciudad Vieja con la Ciudad pequeña. El puente es peatonal y por él desfilan diariamente un incontable número de personas, lugareños y turistas donde encontramos a cada paso un puestito de artesanía y una hilera de estatuas a cada lado del puente, una a una, hacen un total de 30. Nosotros y por si acaso, nos detuvimos en la que según cuentan da suerte si la acaricias, la estatua de San Juan Nepomuceno y que se encuentra justo en el lugar en el que fue arrojado al agua.
Praga desde las alturas
Si realmente queréis comprobar la belleza de la ciudad, no dudéis en subir a lo más alto y para ello tenemos varios edificios a los que nosotros no dejamos escapar:
Torre del Ayuntamiento
No es otra que la que acapara todas las miradas a cada hora que su famoso reloj astronómico marca. Es posible visitar el interior del Ayuntamiento y también subir a su torre, que con una altura de 70 metros ofrece una de las mejores vistas sobre el casco histórico de Praga incluida la de la famosa Iglesia de Tyn.
Con la Prague Card esta visita te saldrá gratis.
Torre de la Pólvora
Originariamente esta torre, era una de las 13 puertas de que constaba la muralla fortificada de la ciudad y que daban acceso a la misma. En el siglo XVII fue utilizada como almacén de pólvora y de ahí le viene el nombre que conserva hoy en día. La torre puede ser visitada y al igual que la torre del Ayuntamiento, desde aquí arriba también disfrutas de unas bonitas vistas sobre la ciudad. En el interior de la torre hay expuestos un gran número de objetos basados en la historia de Praga.
Esta es otra de las atracciones gratuitas por tener la Prague Card.
Como moverse
Moverse por Praga es muy fácil, con sus 135 kilómetros de vías, el tranvía es uno de los transportes más utilizados por los viandantes, porque es cómodo y te permite disfrutar de los encantos de la ciudad. El bus es otra inmejorable opción, aunque resulta un poco más lento debido al tráfico existente en la ciudad. Para los más intrépidos también se puede optar por alquilar una bici o el segway.
Donde comer
Hay centenares de sitios para comer en Praga, para todos los gustos y bolsillos, pero si queréis un consejo, nosotros cogimos el tranvía y nos alejamos un poquito de la zona centro, la más turística y así comimos bueno, bonito y barato, siempre suele pasar que en el epicentro de la ciudad los precios son un poco más elevados.
Como veis, al final no fue tan catastrófico venir a Praga con un adolescente, tal y como muchos pudisteis pensar al principio del post.
Praga tiene mucho que ver, tanto, que es difícil que un joven viajero como Álvaro no encuentre su espacio y él lo encontró, le gustó la ciudad y le quedaron ganas de más.