Supongo que, como muchos de nosotros, viajar a Pisa siempre os ha apetecido. Durante nuestro #Europara3, Pisa fue una de las ciudades elegidas para visitar. Por su historia, pero sobre todo, porque a Álvaro le apetecía ver de cerca esa “torre torcida” como él le llamaba. Y como siempre os digo, hay que hacerle un poco de caso a los antojos de nuestros hijos si queremos que el viaje sea todo un éxito.
Nosotros estuvimos apenas dos días, pero sin duda muy bien aprovechados. Si no queréis quedaros sin ver sus principales atracciones, os recomiendo que reserveis las entradas y los tours con antelación. Recordad que la Torre de Pisa, es uno de los monumentos más visitados del mundo.
Solo por ver la cara de ese joven viajero y por todas las bellezas que tiene Pisa, bien mereció la pena.
Pisa es mucho más que su torre inclinada
Indudablemente lo primero que se nos viene a la mente cuando oímos nombrar a la ciudad es su emblemática torre inclinada. Pero hoy os quiero mostrar a través de nuestra experiencia un poco más sobre la ciudad.
Su historia
Pisa es de las ciudades más antiguas de toda Italia. Según algunas crónicas de historia, los romanos ya la consideraban una ciudad antigua, imaginaros! La ciudad tuvo su máximo esplendor económico en el siglo XI. Junto a Génova y Venecia compitió por estar a la cabeza entre las ciudades marítimas más importantes.
La Plaza de los Milagros ( Piazza dei Miracoli). Aquí es donde se encuentran asentados, en un precioso manto verde, los monumentos más destacados de Pisa. Este conjunto fue declarado Patrimonio de La Humanidad por la Unesco en 1987.
– Torre de Pisa
Por supuesto que si, es innegable que es el icono de la ciudad. Mucho se ha especulado sobre su aspecto y esa notable inclinación. Estudios realizados a lo largo del tiempo parecen haber demostrado que todo se debe a una mala cimentación.
Los arquitectos que la construyeron con Diotisalvi a la cabeza, no advirtieron que por un lado, el terreno era demasiado blando. Lo que tenia que convertirse en el campanario de la Catedral completamente erguido, terminó siendo lo que todos conocemos.
Poco podían imaginar que su tremendo error la llegara a convertir con el paso de los años en una de las torres más famosas del mundo.
Tiene una altura de 58,35 metros, consta de 7 pisos y 294 escalones. Su construcción comenzó sobre el año 1170 y concluyó en el 1372, eso es, 200 años tardo en terminarse. Después de estar cerrada casi una década en los noventa, volvió a abrir sus puertas una vez descartada su posible derrumbe. No obstante su inclinación es de aproximadamente 4 grados.
Los horarios de invierno son de 9 ó 10 de la mañana hasta las 19h según los meses y desde mediados de junio hasta finales de agosto hasta las 22h. No obstante, siempre mejor consultarlo con la web de musement que os indiqué más arriba.
– Catedral de Pisa
El edificio que alberga la Catedral es de estilo románico Pisano y se empezó a construir en el año 1063 siendo su creador el arquitecto llamado Buscheto. Su estructura ha recibido varias restauraciones, la primera de ellas en 1595 debido a un devastador incendio. Al igual que su campanario, ésta también presenta una leve inclinación.
No os extrañéis si al entrar os da la sensación de estar en el interior de una mezquita, suele pasar. El interior es sencillamente precioso, revestido de mármol blanco y negro, está acompañado de numerosas pinturas, mosaicos y frescos de gran valor histórico.
No dejéis de visitar su museo donde encontrareis numerosos objetos litúrgicos, esculturas y pinturas.
– Baptisterio de Pisa
El Baptisterio independiente más reconocido del mundo y el más grande de Italia, en honor a San Juan Bautista (1152-1363). Tiene una altura de casi 55 metros y un perímetro de 107 metros. La decoración de su interior es mucho más sencilla pero no por ella menos bella. Incluye una Pila Bautismal del s.Xlll de forma octogonal construida en 1246. El Púlpito se construyó en 1260 por Nicola Pisano, máximo exponente de la escultura renacentista.
…Dejamos atrás la Piazza dei Miracoli para seguir nuestro paseo por Pisa y nos dirigimos por la orilla del río Arno. Como ya os comenté al principio, Pisa tiene muchos encantos y uno de ellos son sus callecitas estrechas de entramado medieval. En ellas, incontables comercios y locales donde degustar la maravillosa gastronomía local.
– Puente di Mezzo o Puente del Medio
Durante el tranquilo paseo por la orilla del río, podrás cruzar de un lado a otro por esta emblemática construccion. Este puente fue levantado a mediados del s.XX y lo que más nos llama la atención son las coloridas casas que lo acompañan.
– Iglesia de Santa María della Spina
Levantada en 1230, es una iglesia pequeñita y de sencilla ornamentación en su interior. A pesar de no ser nada del otro mundo, es una buena opción durante tu paseo ribereño.
– Plaza de los Caballeros
Si te gusta la historia, esta plaza te encantará. Se trata del centro neurálgico de Pisa durante la edad media. En ella destacan edificios tan emblemáticos como el Palazzo della Carovana, el Palazzo dell’Orologio y la estatua en honor al gran duque Cosimo I, fundador de la Orden de los Caballeros de San Esteban.
– Museos de Pisa
Pisa puede presumir de albergar algún museo de lo más interesante, los más destacados son;
Museo Nacional de San Mateo
Se trata de uno de los museos más relevantes de Europa en arte medieval. Enclavado en la sede de un antiguo convento medieval tiene una importante colección de cerámicas, pinturas y restos arqueológicos.
Museo de las Sinopias
A curioso no le gana nadie a este museo. En su interior una extensa exposición de Sinopias, que no es otra que unos dibujos realizados con pigmentos rojos e impresos en pergaminos. Sin duda, una buena representación de dibujos realizados en el Medievo.
Como veis viajar a Pisa bien merece la pena y no solo para ver su famosa e inclinada torre. Nosotros la recorrimos en bicicleta, sin duda, la mejor y ecológica opción para visitar ésta y otras ciudades.