México, que maravilloso país!!
Hay muchas maneras de viajar por México y nosotros optamos por la más económica, de mochila y en transporte público. Cuando planeamos nuestro viaje a este país, ya llevábamos algún tiempo queriendo visitarlo, pero como suele ocurrir a veces, por unas cosas o por otras se nos resistía.
Una de las razones principales por las que tardamos un poquito en visitarlo es porque nos habíamos estrenado recientemente con lo de la paternidad y ya se sabe, al principio todo son miedos. Nuestro viaje a tierras mexicanas lo llevamos a cabo en el año 2004, nuestro bebé tenía apenas dos añitos y medio y encima ya era celiaco. Era nuestro tercer viaje lejos de España en familia y el primero que hacíamos llevando con nosotros la enfermedad del niño. No había excusas, si queríamos seguir viajando en familia, teníamos que empezar cuanto antes y así lo hicimos. Elegimos México como podíamos haber elegido cualquier otro país y el resultado fue espectacular.
La ruta que trazamos fue la famosa «Ruta Maya» de México DF hasta Cancún, pasando por Oaxaca por, por el impresionante estado de Chiapas y sus atractivos turísticos, Valladolid y sus cenotes en el estado de Yucatan, y Tulum y Playa del Carmen en Quintana Roo.
En este post os contamos nuestra experiencia por Cancún de mochila y con un bebé. Recuerdo que cuando nos casamos, solo cuatro años atrás, estaban muy de moda los viajes de novios a Cancún y después de estar allí, no me extraña!, aunque nosotros nos fuimos de luna de miel al desierto, siempre llevando la contraria jejejeje.
Llegamos a Cancún en bus después de haber permanecido unos días como auténticos «Robinsones» en unas cabañas en la bella playa de Tulum y unos días en Playa del Carmen.
Este trayecto lo hicimos de día ya que se trataba de un recorrido muy corto. El viaje por México iba a tener una duración de 30 días en total, por lo que intentábamos economizar en los desplazamientos y también en los alojamientos a pesar de que el bebé no pagaba casi nada.
De Cancún al cielo, en familia y de mochila!
Alojamiento
México nos lo puso muy fácil, durante todo nuestro viaje estuvimos alojándonos en hostels, eran perfectos!! Económicos, limpios, bien situados y lo más importante, disponíamos de cocinas totalmente equipadas. Al viajar con un bebé tan pequeño debíamos dormir en habitaciones privadas, por la corta edad de Álvaro no se nos permitía elegir la opción habitación compartida, aunque a decir verdad, en aquel momento de nuestra vida viajera, fue lo más cómodo ya que también disponíamos de baño privado.
Nuestra rutina en los hostel era siempre la misma, nos levantábamos muy temprano (es lo que tiene viajar con un bebé), mientras uno de los dos lo cambiaba y lo vestía el otro iba a comprar las verduras y la carne o el pescado para el enano, nos reuníamos en el comedor del hostel y mientras desayunábamos se iba cocinando el potaje, lo molíamos y lo metíamos en el termo. Una vez toda la logística preparada emprendíamos la marcha, todo el día fuera hasta que llegaba la noche.
En Cancún muy lejos de querer alojarnos es un súper y maravilloso Resort, decidimos hacerlo en un hostel llamado «Hostel Cancún» que está, o estaba situado en el centro de pueblo y cerca de la estación de buses, era un lugar precioso, ideal para hacer la compra diaria, sus paredes decoradas con vivos colores que hacían de él un lugar muy acogedor. No os podemos asegurar que exista todavía o si ha cambiado de nombre, solo deciros que era de la cadena Hostelling Internacional. Si queréis obtener más info, podéis hacerlo pinchando aquí. Si no es este, será otro, porque tenéis un amplio abanico de posibilidades para alojaros en Cancún.
Transporte
Para movernos desde el hostel hasta las maravillosas playas cercanas lo hacíamos en bus y también en bicicleta, era perfecto!!
Excursiones
Durante nuestra estancia en Cancún era impensable dejar escapar la oportunidad de visitar las ruinas de Chichén Itzá y allá que nos fuimos! fue una experiencia maravillosa, en el año 2004 todavía permitían subir a las pirámides y eso fue lo que hicimos.
Los tres subimos peldaño a peldaño ayudándonos por la cuerda, no fue nada fácil, Álvaro era muy pequeño, aunque a decir verdad, se portó como un campeón, sin duda motivado por su gran ilusión, la de conocer personalmente a su ídolo, Doraemon, que por aquellos días andaba de viaje por el Imperio Maya, esa fue la única historia que se nos ocurrió para motivar al pequeño viajero y funcionó, lo malo fue cuando al llegar arriba el pequeño llamaba incansablemente a su amigo y claro, éste no estaba. Hemos un post al respecto que podéis leer aquí.
Días de sol y playa con un bebé totalmente entregado al disfrute playero y tardes de paseos por Cancún, así transcurrieron nuestros días por la zona.
Una vez más queda demostrado que para viajar a sitios que se prometen turísticos y caros, no hace falta hacer un gran desembolso económico, solo estar dispuestos a viajar hasta allí, por lo demás, acomodarse y listos!!