Muchas son las razones que a los padres nos llevan a viajar con hijos. En nuestro caso porque cuando decidimos tener a nuestro hijo fue con todas las consecuencias, si queríamos seguir viajando también sería con él.
Cuando Álvaro llegó a nuestras vidas, los dos trabajábamos muchas horas fuera de casa, no nos quedó más remedio que «aparcarlo»en la guardería desde los cuatro meses de vida, de lunes a viernes, desde las siete y media de la mañana y hasta pasadas las cuatro de la tarde. Cuando llegaba el fin de semana, ya os podéis imaginar, tareas domésticas atrasadas, la compra de la semana, algo de vida en pareja si las fuerzas te lo permitían…y tiempo para nuestro hijo???
Por todo esto, moralmente no nos podíamos permitir el lujo de dejarlo con los abuelos mientras nosotros salíamos a conocer mundo. Necesitábamos estar con él más tiempo y nuestras vacaciones, cortas o largas, eran la ocasión perfecta. Viajar con él casi desde la cuna, nos llevó a experimentar un montón de nuevas sensaciones y también retos que al principio nos parecían inalcanzables.
Pasado el tiempo nos hemos dado cuenta que viajar con hijos nos beneficia en…
1,- Se acabaron las improvisaciones
Viajar con un niño fuera de nuestra zona de confort, supone dejar atrás muchas de las comodidades que tenemos en casa. Coger una mochila con un bebé y lanzarte a recorrer mundo en transporte público durante varias semanas, te hace empezar a ver la vida de otra manera. Se acabaron las improvisaciones, ha llegado el momento del control absoluto. Donde dormir, donde y cuando comer, a que hora y como llevar a cabo los traslados…
Reflexión: Hemos aprendido a organizarnos.
2,- Se acabaron las salidas nocturnas
A partir de ahora toca acostarse temprano y también madrugar. Nuestro nuevo compañero de viaje se acuesta y se levanta como las gallinas. Se acabó conocer la vida nocturna del lugar que visitamos si queremos estar despejados al día siguiente y aprovechar bien el día. Bueno, a veces se puede hacer una excepción si la ocasión lo merece, alguna puesta de sol alucinante, una cenita a la luz de las velas, que para eso está el maravilloso carrito portabebé.
Reflexión: Hemos aprendido a disfrutar del día y descansar por la noche.
3,- Se acabaron las largas jornadas sin descanso
A partir de ahora, toca parar de vez en cuando, da igual que no veas cuarenta cosas por jornada, ahora toca ver menos cosas y con más calma.
Las agujas del reloj van al ritmo que marca tu hijo y éste no entiende de destinos, Él solo entiende que tiene hambre, sueño o que necesita un cambio de pañal. El “Slow Travel” ha llegado para quedarse unos añitos!
Reflexión: Hemos aprendido a tomarnos los viajes con más calma.
4,- Se acabaron los viajes sin tiempo para charlar
Plazas y parques infantiles, son los lugares preferidos por el pequeño viajero. Se acabó pasar por alto estos puntos de interés en pueblos y ciudades porque ahora toca compartir jornadas con los lugareños. Turquía, Marruecos, Argentina, India, México, España o cualquier destino al que vayas, te va a tocar pasar largas horas disfrutando de los juegos y el aprendizaje de tu hijo con las gentes del lugar. Viajar con hijos nos abre muchas puertas en muchos lugares del mundo.
Reflexión: Hemos aprendido a empatizar con los lugareños.
5,- Se acabaron los alojamientos menos aptos
Económicos si, pero no tanto. Desde que decides viaje con tu pequeño, se te acabaron esas habitaciones cochambrosas, compartidas y sin baño no aptas para escrupulosos. A partir de ahora deberás ser un poco más selecto y elegir con más cautela. Esto no quiere decir que te vayas a dejar el presupuesto del viaje solo en dormir, pero si deberás tener en cuenta más que nunca que la higiene para un niño es básica y que su comodidad también. A partir de ahora, habitación privada y a poder ser con baño.
Reflexión: Hemos aprendido a viajar con mas comodidades.
6,- Se acabaron los «por si acaso» en el equipaje
Ahora viajas con un personaje que se ensucia lo que ni te imaginas, ha llegado el momento de sustituir tus tan queridos trapillos extra por si los acaso y sustituirlos por baberos, pañales, chupetes y biberones.
Reflexión: Hemos aprendido a llevar el equipaje necesario.
Ya lo veis amigos, viajar con hijos solo te aporta ventajas…
Aprendes mientras disfrutas de los viajes porque vas a otro ritmo, aprendes a observar las pequeñas cosas que te rodean y que antes quizás pasaban por delante de ti y no te dabas cuenta, aprendes a descubrir un mundo hecho a la medida de tu hijo y éste te demuestra a cada paso que también es interesante porque él también aprende en los viajes.
En definitiva no importa el destino que elijas, solo escógelo en función de tus necesidades y las de tu hijo y el éxito del viaje estará asegurado!
Buen viaje!!!