Si había una ciudad que no podíamos dejar de visitar en nuestro recorrido en furgoneta por Francia, esa era Lyon. Cuando a uno le preguntan sobre ciudades de importancia del país Galo, la primera que se te viene a la mente es París obviamente y seguro que la segunda es Lyon. Como la primera de ellas ya la conocíamos y Lyon no, decidimos pasar una corta pero intensa jornada en esta preciosa ciudad a orillas de los ríos Ródano y Saone.
Aparcamos la furgona, nos subimos a las bicis y a gastar rueda por los interminables y maravillosos carriles bici de la ciudad. Uno de ellos es el que bordea el río y donde los lugareños deciden pasar largas jornadas románticas o simplemente disfrutando del paisaje.
Pedal tras pedal, descubrimos otra maravilla que posee la ciudad, su inmensa plaza Bellecour, un símbolo para Lyon. Es la plaza peatonal más grande de toda Europa! en su día fue una plaza real, y la gente, en los primeros meses de la revolución francesa, llegaba aquí a protestar contra la realeza y los privilegios.
En ella se encuentra la fachada del ayuntamiento y muy cerca el imponente edificio de la ópera, que sin duda hay que visitar.
Lugar de encuentro indiscutible si lo que quieres es disfrutar de una buena jornada de tiendas ya que alrededor de esta plaza esta situada la zona comercial de la ciudad.
Y como no podía ser menos, había que recorrer el barrio del «vieux Lyon«, o viejo Lyon, es el barrio medieval de la ciudad. Está en la parte oeste en las riberas del río Saone, terminando más al oeste con la colina de Fourviere.
Es uno de los más grandes barrios medievales y Renacimiento con Venecia que esté tan bien preservado hasta hoy por ese motivo, la UNESCO reconoció lo reconoció como patrimonio mundial de la Humanidad.
Puedes ver entre otras curiosidades las Traboules, que son pasajes secretos de una calle a otra, usando los patios de los edificios. Puedes entrar en muchos edificios para admirar los patios, y el barrio es en mayoría peatonal, muy agradable. Los restaurantes típicos instalados en el barrio se llaman los Bouchons, que quiere decir corcho, y sirven comida tradicional de la región.
Ufff!!!!! Después de recorrer parte de esta bonita ciudad, haber comido y haber hecho alguna comprita que otra, llegaba la hora de descansar, así que nos dirigimos a un camping a las afueras de la ciudad que habíamos consultado en la guía. Al llegar, nos llevamos una tremenda sorpresa… estaba full, no cabía ni nuestra diminuta furgoneta.
A grandes males, grandes remedios, menos mal que siempre llevamos información de todo tipo y en este caso de hoteles en Francia, y gracias a que Lyon dispone de una grande y buena gama de hoteles, más de 170 para todos los gustos y bolsillos, como os podéis imaginar, no tuvimos ningún problema para encontrar uno que se adaptara a nosotros y poder así descansar a gusto.
Una vez más habíamos acertado a la hora de elegir una ciudad a la que visitar.