Que nuestra isla de Tenerife tiene buenos vinos no es ninguna novedad, ya os lo hemos contado en varias ocasiones en el blog, que detrás de esos buenos vinos hay buenos profesionales, suponemos que os lo imagináis, pero que uno de ellos, de los mejores, es además un amigo…eso seguro que no lo sabíais verdad?. En este post queremos acercaros a la vida de nuestro protagonista y todo lo que ha conseguido gracias al esfuerzo y la perseverancia y porque no decirlo también, al apoyo de su familia.
Se trata de una persona sencilla, amigo de sus amigos, trabajador incansable, esposo, padre y abuelo, en fin! un enamorado de lo suyo y de los suyos. Nos encanta la gente como él, que sabe disfrutar de la vida, que persigue un sueño y se deja la piel para conseguirlo, personas a las que nos gusta tener como referente porque con su ejemplo nos demuestran que nada es imposible si te aferras a ello.
Su nombre es Don Cándido, Cándido para los amigos, así por lo pronto quizás os diga poco su nombre, pero si le sumamos los apellidos de Hernández Pío, entonces seguro que más de uno ya sabréis a quien nos estamos refiriendo.
Amor a la tierra y al vino
Cándido procede de una de las zonas con más tradición vinícola de la isla, nació en el seno de una familia humilde y trabajadora siendo el mayor de cuatro hermanos. Su vocación casi nos atrevemos a asegurar que estaba predestinada, como no podía ser de otra manera habiendo nacido donde lo hizo. Empezó a trabajar muy joven siendo apenas un adolescente y lo hizo duramente, corrían tiempos difíciles en la isla, pero eso no le impidió forjar su futuro. Empezó estudiando para ser carpintero pero visionario y emprendedor como pocos, pronto se convirtió en un incipiente e importante empresario del aluminio, aunque como buen matancero, le gustaba el campo y eso fue lo que le llevó a ir moldeado su sueño, el de pasear los caldos de su amada tierra canaria por el mundo.
Su pasión por el vino se convirtió en realidad hacia el año 1987 cuando su bodega empezó a dar sus primeros pasos en la zona del norte de la isla, concretamente en la localidad de La Matanza, el pueblo que le vio nacer. Era una época en la que apenas existían comarcas vitivinícolas y muchísimo menos se imaginaba el poder llegar a crear las bien llamadas Denominaciones de Origen en los productos. Pero claro, tratándose de nuestro Cándido, solo era cuestión de tiempo.
Fruto de su esfuerzo y junto a otros bodegueros de la isla, consiguen dar nombre a la primera de ellas en la isla.
Hoy, nuestro protagonista sigue luchando y disfrutando con su sueño, para ello cuenta con el apoyo de su familia y eso junto a la experiencia acumulada durante tres décadas, hacen que sus dos bodegas, Finca “Las Riquelas» en La Matanza y Finca “La Reconda” en el municipio de Candelaria hayan conseguido aumentar a dos las Denominaciones de Origen de caldos de Tenerife.
Su secreto, es su trabajo y su amor por el producto. Ha sabido como pocos tratar la uva según el clima y la tierra de cada zona, porque para él lo más importante es saber adaptar el producto al terreno y para ello nada mejor que trabajar con uva propia que cosecha en sus tierras, sin duda sinónimo de calidad en sus vinos.
Su filosofía, elaborar sus vinos con uvas tradicionales de su tierra canaria, controlar personalmente el proceso del cultivo de las vides desde el principio hasta el día de la vendimia. Una vendimia llevada a cabo de forma manual y seleccionada, transportando la uva en cajas de un peso máximo 14 kg. Ya en la bodega llevar a cabo la fermentación en depósitos de acero inoxidable con temperatura controlada fuera y dentro de ellos, asegurando así el proceso e higiene, dando paso a meses en depósitos para su posterior embotellamiento.
Su especialidad, elaborar vinos varietales (Viña Riquelas tinto negramoll, Viña Riquelas Gual y Calius Marmajuelo), y combinarla con otras (Calius Tinto y Balcón Canario Tinto), haciendo así vinos inigualables y dignos de los mejores paladares. También cuentan con experiencia en vinos de guarda (Balcón Canario Crianza, Balcón Canario 6 meses barrica y Calius Reserva).
25 años en el mercado donde sus vinos son apreciados y premiados dentro y fuera de las Islas Canarias por su calidad oficialmente avalados y reconocidos por el ministerio de agricultura, alimentación y medio ambiente de España.
Pero sabéis una cosa, lo mejor de esta familia no es su éxito a nivel nacional o internacional como afanados bodegueros. Su mayor éxito radica en su forma de ser, en su generosidad para con los demás, ese es su verdadero éxito y nosotros somos unos afortunados por tenerlos tan cerquita.
GRACIAS FAMILIA!!!