Cada día nos da los buenos días, las buenas tardes y hasta las buenas noches. Gran Canaria se levanta majestuosa en medio del mar, frente a la ventana de nuestra casa, solo nos separan de ella 89,51 kilómetros aproximadamente.

Para nosotros, ésta fue la isla que nos presentó, la que nos unió, nuestra Celestina particular. Corría el año 1993 cuando por casualidad la localidad sureña de Puerto Rico, muy cerquita de Mogán, fue testigo de nuestro primer encuentro y de los primeros cinco años de convivencia, ya que por motivos laborales vivíamos allí.

Canarias

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Ni que decir tiene que la hemos recorrido de punta a punta, de norte a sur, montados en nuestro viejo Opel Corsa fuimos descubriendo uno a uno, sus maravillosos paisajes, playas, montañas, barrancos…

Al igual que sucede con las demás islas de este archipiélago, tiene fama de ser un destino solo de sol y playa, pero os vamos a convencer de que es mucho más que eso. A ella solemos llegar en barco, pero también podéis encontrar  muchos vuelos que os llevarán hasta ella.

Para que os hagáis una idea de la importancia de su naturaleza, fue declarada por la Unesco, Reserva Mundial de la Biosfera, casi la mitad del espacio geográfico de la Isla ha quedado incluido en la Reserva, abarcando seis núcleos de población rurales, vinculados a actividades tradicionales.

Esta isla es un como un gran parque temático, un parque abierto que guarda el tesoro de plantas y flores que crecieron de forma independiente al resto del globo, con el sello propio de la región de la Macaronesia. Un mundo natural que ha venido viviendo a su aire durante siglos, entre los cambiantes relieves de la isla.

Una inmensa caldera de hundimiento, la Caldera de Tejeda, domina el centro de la isla, y despliega a su vez una red de drenaje de aguas pluviales que recorren los barrancos y serpentean hasta llegar al mar. En conjunto, puede considerarse Gran Canaria como un macizo que se eleva desde el nivel del mar hasta los 1.949 metros de altitud del Pico de Las Nieves.

La altitud de la isla y lo abrupto del relieve posibilitan multitud de microclimas y hábitats. En ese sentido, destaca el suroeste de Gran Canaria, que ha mantenido resguardado su entorno natural a lo largo de los siglos. En esa zona se localizan grandes extensiones de bosques de pino canario, un árbol de características peculiares que lo hacen único en el mundo. Por otro lado, las actividades humanas se han ido sumando al entorno, hasta el punto de que es difícil diferenciar los elementos introducidos por las labores  tradicionales con el paisaje original de la isla, formando todo un mosaico paisajístico peculiar, que ahora se cuida para futuras generaciones.

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El carácter de Gran Canaria como isla de contrastes se repite en la costa. Desde el litoral con abundantes playas y hasta los 300 metros de altitud dominan los ambientes áridos o hiperáridos con cardones y tabaibas. Los fondos de los barrancos y los valles están ocupados por palmerales, tarahales y sauzales. La costa, con amplios deltas sumergidos, coladas volcánicas submarinas, grandes acantilados y bancos de arena interconectados.

Tras muchísimos años de excavaciones, la Cueva Pintada y el poblado prehispánico situado en Gáldar, se han vuelto a abrir al público. Esta inauguración se ha convertido en uno de los acontecimientos culturales más importantes de los últimos años en la isla y un fuerte empujón para la revalorización turística de la comarca norte.

Todo junto produce la riqueza en biodiversidad donde también se mueven la tortuga boba, el delfín mular o el calderón gris. Cada día se reúnen todos, en una nueva representación.

Varios climas y mil especies naturales bailando juntos en una isla, Gran Canaria.

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