¡Mejor título imposible!, palabras y sobre todo cifras que lo dicen todo.
El muro de Berlín, 25 años de libertad
Sin duda, éste es uno de esos post, que si bien es cierto, todos los escribimos con ilusión y sobre todo con una gran dosis de cariño, este es verdaderamente especial. Toda la humanidad celebramos en estos días la caída del muro de Berlin, el también bien llamado, muro de la vergüenza. En esto estaremos todos de acuerdo, tenemos mucho que celebrar, la caída de ese muro fue un momento histórico de los que a nosotros particularmente más nos estremecieron en nuestra juventud.
Ahora hace 25 años, muchos jovenzuelos de nuestra generación contemplábamos ensimismados desde el sofá de nuestras casas las noticias que a través de la radio y la televisión llegaban para informar repetidamente, las 24 horas del día, sobre el gran acontecimiento que todos estábamos esperando, en grandes titulares rezaba así;
9 de Noviembre de 1.989, ¡El Muro de Berlín ha caído!.
Hoy, esta familia amante de la historia y sobre todo de los lugares maravillosos que invaden nuestro mundo, estamos aquí para rendir un pequeño, a la par, que un gran homenaje a todas aquellas personas que se vieron afectadas por este infortunio de la historia y que como héroes afrontaron y sufrieron, los habitantes de Berlin. Esta maravillosa ciudad alemana, al igual que en el resto de este fascinante país, está cargada de episodios de historia y llena de gente que no quiere que su pasado más triste caiga en el olvido, se enmascare y por estos motivos se encargan de transmitirlos, para que nunca jamás se vuelvan a repetir.
A los más jóvenes, como es el caso de nuestro hijo Álvaro, le hemos explicado, los que ya no lo somos tanto, lo que significó la construcción de esa barrera cargada de ofensa a la libertad del ser humano, lo que significó para los habitantes de Berlín separarse de sus seres más queridos, familia, amigos y que por desgracia, a los que muchos ya no volverían a ver con vida, pero sobre todo y más importante todavía lo que significó su derribo, ¡¡LA LIBERTAD!!.
Es por ello que este año coincidiendo con el 25 aniversario de su caída decidimos recorrer esta dolorosa parte de la historia con él, con nuestro hijo. Una vez más, conscientes de que su educación es lo más importante para nosotros, quisimos llevarle in situ a uno de los rincones del mundo que en este año tienen algo muy importante que celebrar, 25 años de libertad.
Pegado a las paredes del muro y mientras le relatábamos lo allí vivido, Álvaro nos miraba y escuchaba con los ojos como platos, casi sin pestañear. Por su cabeza de adolescente pasaban irremediablemente cientos de preguntas que no dudó en hacernos mientras contemplaba las paredes del muro ahora grafiteadas, para intentar encontrarle sentido a algo que sin duda fue un sinsentido.
Nuestro paseo por varios de los kilómetros que recorría el muro por Berlin fue muy especial para los tres, teníamos muchas ganas de recorrer esta parte de la historia juntos, de sentarnos a su vera, mirarle y preguntarnos ¿por que?. La forma en la que lo hicimos también fue especial, pues pedal tras pedal, metro a metro, kilómetro tras kilómetro, fuimos acompañando a las dos hileras de adoquines y placas de hierro donde aparece la inscripción con las fechas que nos recuerdan esos terribles años (1.961-1.989), en los que la construcción del muro sesgó la ilusión de muchos de los habitantes de Berlin. Durante nuestro recorrido por esta milla histórica, fuimos descubriendo y comprobando tan terribles acontecimientos que allí se sucedieron a través de fotografías y artículos.
Algún día, cuando nuestro hijo Álvaro estudie en el colegio la historia sobre el muro de Berlin, podrá sentirse orgulloso de haber estado junto a él, de haberlo conocido y recorrido junto a sus padres en el año en que se celebraban los 25 años de su caída, los ¡25 años de libertad!.