En todos nuestros viajes y si el destino lo permite, solemos hacer una parada de unos días en algún lugar de costa. La idea es descansar y sobre todo hacer que Álvaro se relaje un poco de la caña que le damos durante el viaje, intentamos que sea siempre al final, en los primeros días de la última semana del viaje, por si nos gusta el lugar y lo queremos ampliar algunos días más antes de regresar a casa. Durante el viaje que nos llevó a recorrer Turquía durante el mes de mayo de 2006 no iba a ser una excepción, el lugar elegido para esta parada fue sin lugar a dudas, uno de los grandes descubrimientos que hemos hecho, el pueblo de Foça, o Eski Foça (Vieja Foça), situado en la costa norte del Egeo turco y a unos 70km de la ciudad de Izmir. Es un pueblito con dos bahías similares y un puerto natural rodeado de bellas casas antiguas greco-otomanas.
Dias de relax en Foça
Nuestra llegada a Foça coincidió en domingo, además tuvimos la suerte de queel pueblito estaba en fiestas y nada mas bajarnos del bus nos empezamos a tropezar con gente que iba de aquí para allá, familias que llenaban las terrazas de restaurantes y cafeterías. Como pueblo costero que es, los fines de semana se llena de gente que habitualmente reside en las grandes ciudades cercanas como por ejemplo en Izmir, y que aprovechan para disfrutar aquí del sol y de la playa. Por el contrario el resto de la semana vuelve a recuperar esa tranquilidad que hace de ella un lugar idóneo para perderse unos días y disfrutar de su maravilloso clima y su estupendo pescado.
Turquía es mucho más que Estambul
Durante nuestra estancia decidimos alojarnos en la Pensión Iyon, justo en la calle paralela a la avenida principal junto al puerto. Esta pensión llevada por dos profesores jubilados, se alza entorno a un patio interior de estilo mediterráneo lleno de arboles frutales. Las habitaciones son sencillas pero tienen aire acondicionado, televisión, una nevera de tamaño medio y todas disponen de baño privado. Una de las cosas buenas de esta pensión es que sus propietarios aprovecharon dos de las habitaciones para convertirlas en dos espaciosas cocinas, equipadas con todos tipo de utensilios. Como bien sabéis, Álvaro es celiaco por lo que el poder disponer de cocina y poder preparar nosotros mismos la comida es todo un lujo! La Pensión Iyon, era limpia, bonita, estaba muy cerquita de la playa y además desayunábamos, almorzábamos y cenábamos en ella, ya que en el patio había mesas y sillas tipo terraza.
Los días aquí transcurren de lo más tranquilos, pasear todas las mañanas después del desayuno, visita al mercadillo de verduras y a la lonja de pescado para comprar los productos que en el día vamos a cocinar y de regreso descansar el resto de la mañana en la playita. Álvaro no dejaba de entrar y salir del agua, jugábamos al fútbol y sobre todo y lo más importante disfrutábamos relajados. Por las tardes, después de comer, salíamos a tomar uno de los deliciosos helados que hacen en Turquía, paseábamos por el pueblo y aledaños, hacíamos tiempo para poder deleitarnos con sus hermosos atardeceres. Después de disfrutar de las preciosas puestas de sol y cuando el calor era menos intenso, aprovechábamos para ir a la plaza principal del pueblo para que Álvaro pasase el resto del día jugando con los niños lugareños.
Durante nuestra estancia en este apacible pueblito decidimos hacer una excursión de todo el día en un barco que te llevaba a visitar las islas de los alrededores. Durante el trayecto, hacían unas cuantas paradas en cada una de ellas y te permitían bañarte, practicar snorkel, pescar e incluso si tenías suerte conquistar alguna de las islitas, eso fue precisamente lo que hizo Álvaro con papá, llegaron a nado hasta una islita y la conquistaron, ¡menudo acontecimiento! Cuando llegó la hora de almorzar anclaron el barquito en una calita y nos prepararon los ricos pescados a la brasa que previamente habíamos pescado.
También se pueden hacer excursiones por carretera bordeando la costa, tanto en transporte público, como hicimos nosotros, o bien alquilando un coche hasta la pequeña localidad de Yeni Foça, pequeño pueblo turístico de callejuelas estrechas y antiguas casas otomanas. La carretera que te lleva hasta él es preciosa, pasando por pequeñas calas y hermosos acantilados, salpicadas de villas y pequeños complejos turísticos.
Creemos que Foça es un lugar ideal para pasar unos días de lo más tranquilos en familia, donde los niños y los no tan niños podrán descansar del cansancio acumulado debido al trote recibido durante las otras visitas a este maravilloso país que es Turquía.