Como viajeros seguro que todos tenemos un destino que por unas razones u otras siempre se nos resiste, en nuestro caso ese destino era Córdoba. Ya veis, un lugar que apenas dista unos kilómetros de casa y en el que nunca habíamos estado, realmente imperdonable y como bien diría un cordobés, “hay gente pa tó”.
Durante nuestro regreso del #Europara3 decidimos enmendar tal atrocidad y animados por unos amigos que viven en la ciudad, decidimos que había llegado el momento de visitar la bonita y calurosa Córdoba. Eran nuestros últimos días por tierras peninsulares y queríamos aprovecharlos la máximo y a la vez ponerle un broche de oro a nuestra gran aventura de 90 días recorriendo Europa y España y que mejor sitio que Córdoba.
De Córdoba sabíamos mucho o poco, según se mire, porque una vez en ella, pudimos comprobar que esta bella ciudad tiene un rico patrimonio cultural que va mucho más allá de lo que imaginábamos por mucho que hubiéramos leído sobre ella.
Nuestra estancia en la ciudad de Córdoba iba a ser de tres días y para ello, y ya que viajábamos con La Cali, decidimos alojarnos en el camping municipal de la ciudad llamado Brillante. El camping contaba con todas las instalaciones adecuadas incluida una piscina y estaba situado no muy lejos del centro de la ciudad y disponía de una parada de bus justo en la puerta. Nosotros, grandes amantes de utilizar la bici siempre que el entorno lo permite, decidimos movernos por Córdoba con ella, ya que esta ciudad está perfectamente preparada con su carril bici para que puedas llegar desde la puerta del camping hasta el casco histórico sin problema ninguno, esquivando el intenso tráfico que circula a todas horas por la ciudad.
Córdoba, la perla de la España musulmana
Así es como también se reconoce a esta ciudad que primero fue ocupada por los romanos y posteriormente compartió escenario con judíos, musulmanes y cristianos. No es de extrañar que con este crisol de culturas, visitar la ciudad de Córdoba a través de sus 2000 años de historia, sea un lujo para los sentidos.
Descubriendo los atractivos de la ciudad de Córdoba
Barrio de San Basilio.
Este barrio ubicado también en el casco antiguo de la ciudad, es famoso por albergar otro de los monumentos insignes de la ciudad, El Alcazar de los Reyes Cristianos o las Caballerizas Reales y la puerta de Sevilla.
Pero sin duda por lo que destaca este barrio ademas de por estas bellezas arquitectónicas es por ser la cuna de algunos de los más hermosos y famosos patios de Córdoba. Desde que llega la primavera hordas de turistas acuden hasta San Basilio para disfrutar de este espectáculo de color, que por cierto, nosotros no tuvimos la suerte de poder disfrutar pues cuando estuvimos en Córdoba corría el final del mes de agosto y a decir verdad estaban los pobres geranios que no había por donde cogerlos, en fin! ya tenemos otra excusa para volver.
Barrio de San Lorenzo.
Al igual que el anterior, San Lorenzo conserva la tradición de vestir sus patios de flores cuando llega la primavera, además de ser el barrio que presume de tener entre sus monumentos más famosos la iglesia de San Lorenzo, que según nos cuentan es la mas bonita de la ciudad. Su fachada luce esplendorosa gracias a un bonito rosetón, un pórtico de estilo medieval y su imponente torre.
Barrio de La Judería.
Una de las joyas de la ciudad es sin duda el Barrio de la Judería, que como su propio nombre indica, albergaba a la población judía que residía en la ciudad. Tal es su relevancia a nivel cultural a través de los siglos que fue nombrado íntegramente y meritoriamente por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
En este barrio es precisamente donde se ubica la famosa Mezquita de Córdoba, rebautizada como Mezquita-Catedral. Su hermoso patio, fue utilizado frecuentemente como centro de reunión para los intelectuales donde se debatían asuntos relacionados con la cultura en general y por supuesto sobre religión. Otros monumentos de interés que encontramos en este famoso barrio, es una de las tres sinagogas que todavía existen en España, el zoco municipal, el museo taurino y unos preciosos baños árabes, por todo ello y por la cantidad de locales destinados a la restauración y al comercio en general que salpican sus estrechas y pintorescas callejuelas, podemos asegurar casi sin equivocarnos, que hoy en día el barrio de la judería es considerado por muchos el centro neurálgico de Córdoba. Nosotros lo recorrimos en bici y circular por aquí con el suelo adoquinado compartiendo cartel con los coches y vehículos de transportes de mercancías, no fue tan fácil como esperábamos, pero resultó divertido y sobre todo rápido.
Barrio de Santa Marina.
Este barrio también se encuentra ubicado en el casco antiguo y es conocido principalmente por el mundo taurino, no en vano, es el barrio que vio nacer al célebre torero Manolete y que en su memoria luce una imponente escultura en la Plaza de los Condes de Priego.
Pedal tras pedal fuimos recorriendo los barrios que os hemos descrito anteriormente y como no somos muy devotos de todo lo que tenga que ver con el ambiente taurino y tampoco había patios que visitar por el actual estado de desecación de sus flores, nos dedicamos a visitar alguno de sus monumentos más emblemáticos, el Puente Romano, la Mezquita-Catedral y uno de los incontables Palacios de los que puede presumir la ciudad de Córdoba, el Palacio de Viana.
La Mezquita-Catedral de Córdoba.
Sencillamente espectacular! Creo que no sabré, por más que lo intente, expresar lo que sentimos cuando se abrieron las puertas y accedimos al interior de esta joya arquitectónica.
Era temprano por la mañana, concretamente las 7,30 cuando llegamos frente a su puerta ya que a primera hora el precio de la entrada es gratuito, de lunes a sábado, entre 8,30 y 9,30 horas. Poco a poco fueron llegando visitantes que aparecían como por arte de magia de entre cada rincón del barrio de La Judería. Atamos las bicis a una farola y nos pusimos a la cola. Cuando el reloj dio las 8,30, el corazón nos empezó a palpitar con más fuerza, hemos de reconocer que un ligero cosquilleo revoloteaba por el estómago, nuevamente estábamos terriblemente emocionados porque habíamos esperado mucho tiempo para venir a conocer esta joya y ahora que la teníamos frente a nosotros no podíamos evitar sentirnos emocionados.
Lo que vino después, ya os lo podéis imaginar. La cámara de fotos y el móvil echaban humo, era imposible dejar de fotografiar esa maravilla, las 856 columnas que nos envolvían parecían ser todas iguales, pero no lo eran, cada una parecía tener vida propia. Foto tras foto, fuimos recorriendo los anchos y brillantes pasillos de su interior con la mirada clavada en esos arcos sujetados por sus respectivas columnas que tantas y tantas veces habíamos visto en documentales y las revistas más prestigiosas de turismo.
Palacio de Viana.
Otra de las joyas de las que puede presumir la ciudad de Córdoba es del Palacio de Viana, del siglo XIV. Construido en la céntrica plaza de Don Gome y dotado de una docena de dependencias o patios y un impresionante jardín convierten a este palacio en una visita obligada.
Siguiendo los pasos y las explicaciones de nuestra guía, fuimos recorriendo estancia por estancia y descubriendo la vida y costumbres de la última Marquesa que en él vivió, Sofía de Lancaster. Una extensa colección de armas, pinturas, mosaicos tapices y vajillas y la gran y extensa biblioteca que data de entre los siglos XVI al XVIII, fue vislumbrando ante nosotros la vida de opulencia de la que disfrutaba la antes mencionada dama que todo hay que decirlo gozaba de un exquisito gusto por lo bonito.
Una vez terminada la visita al interior del palacio, decidimos dar un paseo por los jardines que lo rodean. Acompañados de árboles frutales, flores multicolor y el incansable pero suave borboteo del agua acariciando las pareces de las fuentes, solo interrumpido por el piar de los pajaritos que tímidamente se posaban en ellas para saciar la sed que las altas temperaturas de la bonita Córdoba nos estaba regalando en esta mañana de verano.
No nos marchamos de Córdoba sin saborear el famoso Salmorejo cordobés que nos había preparado nuestra buena amiga Pili Manrique. Una cordobesa que ama y disfruta profundamente de su ciudad junto a su familia y nos lo cuenta en su blog bienvenidosaliliput.
Bueno amigos hasta aquí nuestra corta pero intensa visita a Córdoba. Hemos dejado muchas cosas por visitar, pues una ciudad como esta, tiene mucho que ofrecer y está claro que en dos días es imposible disfrutar de todo. Por eso, tenemos claro que regresaremos para volver a sentir esas mariposillas revoloteando por el estómago.
Hasta pronto Córdoba!!