“Ningún soñador es pequeño y ningún sueño es demasiado grande e inalcanzable”.
Eso fue exactamente lo que pensé cuando me vi en Balestrand. Pequeño pueblito noruego esta situado entre montañas nevadas y los fiordos, el Sognefjord, o fiordo de los sueños y el Fjærlandsfjord.
Balestrand despierta los 5 sentidos
1- La vista
La belleza de esta pequeña ciudad ha sido plasmada por artistas importantes de la pintura. No es de extrañar, pasear por Balestrand es hacerlo poniendo los 5 sentidos a trabajar.
Si os digo la verdad, cuando estás aquí te parece que el tiempo se ha detenido hace cientos de años. Sus casitas de colores, sus montañas con nieves perpetuas y el fiordo que la baña, sus verdes prados…¡es sencillamente espectacular!
2- El oído
El silencio, es la melodía que suena en Balestrand, solo interrumpida a veces y solo a veces, por el piar de los pajaritos. El surcar de los barcos por el fiordo o la suave brisa que baja de sus montañas. Calles tranquilas, donde cruzarte con alguien es casi tan improbable como que te toque la lotería.
3- El olfato
¿A que huele Balestrand?, a manzana! si amigos, porque aquí se cultivan grandes cantidades de esta fruta.
4- El gusto
Que me encanta descubrir la gastronomía de cada lugar que visito, no es ningún secreto. Que además, soy de buena boca y lo pruebo “casi todo”, también es verdad!
Durante mi viaje por los fiordos noruegos, tuve la suerte de poder degustar algunos de sus productos más emblemáticos. El salmón, es sin duda, su producto estrella y en Balestrand lo noté especialmente rico. Tanto fue así, que se convirtió en mi mejor aliado en el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena.
5- El tacto
Después de despedirme de Balestrand, tomé rumbo a Loen. La casualidad quiso que me tropezara con obras en la carretera y gracia a ello, tuve la oportunidad de disfrutar de un momento maravilloso. A pie de fiordo, allí ancladas, unas casitas usadas como cobertizos y curiosamente tienen el tejado peludo. ¡No os podéis hacer una idea de lo graciosas y suaves que son!
Que ver y hacer en Balestrand
Como ya os he comentado anteriormente, Balestrand no es muy grande, aún así, tiene varias cosas que visitar.
– Iglesia de St. Olaf
Otra maravilla construida en madera. Esta iglesia anglicana, se terminó de construir en 1897 y también se la conoce como la iglesia del inglés. St. Olaf, fue mandada construir por la señora Margaret Green. De origen inglés vino de turismo a los fiordos noruegos y estando en Balestrand encontró el amor y se quedó. Aún hoy, todas las semanas, se imparten misas en ingles en su honor. El interior de St. Olaf es una preciosidad, autentica, maravillosa!!
– El Ciderhuset
Si algo me sorprendió de Balestrand fue descubrir que aquí se fabrica y consume sidra. En esta pequeña fábrica y negocio familiar, han conseguido que me guste la sidra. Nada más y nada menos que hasta cinco clases diferentes me dieron a probar.
– El hotel Kvikne
Si amigos, lo habéis leído bien, un hotel. Se trata de una maravilla del siglo XlX, construido a pie de fiordo y uno de los edificios más famosos de Balestrand. Además de una arquitectura y decoración acorde con el lugar en el que se encuentra, en su interior posee numerosas obras de arte.
He de confesar que yo puedo presumir de haberme alojado en él y es por eso que os aseguro que es espectacular. Las instalaciones, el servicio, las vistas, la gastronomía…Es cierto que barato no es, pero también es cierto que si te lo puedes permitir merece la pena.
– Otras cosas que ver en Balestrand
El Sognefjord acuario, el museo del turismo o el festival de jazz de verano. Atardeceres de infarto… Esperar a que el sol tímidamente se despida de nosotros cobijándose por detrás del Sognefjord es una cita a la que no puedes decir NO!
Que os ha parecido Balestrand, merece o no merece la pena venir hasta aquí? Gracias a Turismo de Noruega por darme esta maravillosa oportunidad.