Ignorada por muchos de los que viajan a China, podríamos decir que la ciudad de Macao, fue nuestra última parada antes de abandonar el país, aunque no lo tenemos tan claro, ya que para entrar en esta “Ciudad Estado” no te es valido el visado de China, es más, te obligan a pasar un control de pasaportes haciéndote rellenar una hoja de entrada al “país”.

Macao fue colonia portuguesa desde el año 1557 hasta el 1999, año en el que fue devuelta a China por la Declaración conjunta Chino-Portuguesa y declarada Región Administrativa Especial al igual que su vecina Hong Kong, menos en defensa y asuntos exteriores durante los siguientes 50 años.

Macao

Macao, Las Vegas asiática

Hoy en día Macao, está considerada como Las Vegas de Oriente, ya que en los últimos años ha vivido un boom en la construcción de grandes hoteles y casinos al estilo de su semejante americana, lo que ha hecho cambiar su fisonomía, aunque por suerte, su parte antigua aún sigue conservando ese dulce encanto de colonia portuguesa con sus fortificaciones, callejones adoquinados, iglesias barrocas, casas bajas, plazoletas y jardines, todo ello situado en la Península de Macao, quedando la zona nueva y comercial junto con el aeropuerto y el puerto principal en la isla de Taipa.

El centro histórico de Macao es sin duda un claro ejemplo de intercambio basado en el  respeto y la tolerancia cultural entre Oriente y Occidente. De gran valor arquitectónico mantiene casi intacto su espíritu original, combina a la perfección la modernidad de las construcciones actuales con la belleza y majestuosidad de sus raíces chinas y europeas.

Macao

Macao

Macao

Macao
Merecidamente el centro histórico de Macao fue declarado por la UNESCO  Patrimonio de la Humanidad un 15 de julio de 2005 y designado como el 31º sitio del Patrimonio Mundial de China.

Desde la habitación de nuestro hotel teníamos una de las mejores vistas que se pueden tener de la ciudad, estaba muy bien situado a tan solo 2 minutos del centro histórico. Asomados a la ventana veíamos por un lado la zona del Porto Interior, la conocidísima Iglesia de San Pablo con los callejones y plazoletas rodeándola y el Museo de Macao.
Por el otro lado veíamos la Torre del Casino de Lisboa, el más conocido de la ciudad-estado y la Torre de Macao, desde donde se hacen saltos de jumping y donde hay un restaurante con una de las mejores vistas de toda la región.

Macao
Nuestra visita a esta ciudad fue algo efímera, pasamos aquí día y medio, lo suficiente para empaparnos de sus encantos y pasear por entre los casinos modernistas, haciendo que nos sintiéramos como en un plató de una de las pelis de James Bond.

Nuestro siguiente destino era nuestra querida Tailandia y concretamente su capital Bangkok nuestra aventura por China había tocado a su fin por lo que necesitábamos encontrar un vuelo y que gracias a  GoEuro conseguimos a buen precio.

Macao, desconocida por muchos y admirada por nosotros, un pedacito de Portugal en China, un pedacito que quedará por siempre grabado en nuestro cuaderno de viaje.

Macao