Comer, comer y comer, si hay algo que tengo claro es que éste es el vicio que más me gusta poner en práctica en mi vida.
Tener un buen apetito es indispensable, pero aún más importante es que te guste todo o casi todo, como es en mi caso. Si he de ser sincera no le hago ascos prácticamente a nada, independientemente del origen de la comida (animal o vegetal) ni tampoco a la textura que presente.
Mis viajes me sirven para descubrir, disfrutar y también engordar con la gastronomía de los rincones que visito, esto último es lo que peor llevo.
En este post os quiero hablar de mi última escapada de fin de semana a Oporto de la mano de PORTGALL, con los que aprendí cosas sobre la ciudad que raramente hubiera descubriendo leyendo alguna guía convencional.
Aunque a más de uno le parezca impensable, nunca antes había estado en esta bella ciudad de la vecina Portugal. Ni que decir tiene que la ciudad me encantó, el fin de semana desde luego se me hizo corto para conocer a fondo todo lo que Oporto ofrece, pero hay una cosa en la que si me emplee a fondo, en su gastronomía, como no podía ser de otra manera.
Oporto bien merece una escapada gastronómica.
Que en Portugal en general y en Oporto en particular se come bien lo dábamos por hecho, pero si además de darte una escapada gastronómica caminas por la ciudad de la mano de mis amigos de Portgall, portuenses expertos y orgullosos de su gastronomía, amigos la cosa cambia!, hoy os invito a comer en Oporto.
Tanta importancia le dan los portuenses a su gastronomía que se les conoce con el apodo de “Tripeiros”, triperos en castellano. La primera vez que oí esta expresión en Oporto, se me vino a la cabeza la traducción de este vocablo en España, “tragón”, pero pronto mis amigos, se encargaron de desvelarme el significado que tiene para ellos, “Tripeiros” vine de tripas.
Mis 5 recomendaciones que no puedes dejar de probar de Oporto
El Pescado
El plato estrella de Oporto, al igual que en el resto de Portugal es el bacalao. El bacalao lo preparan de mil maneras, al horno, rebozado, en salsa con papas panaderas, a la plancha y a modo de croquetas, tampoco nos podemos olvidar del pulpo, exquisitamente preparado al horno y servido con guarnición, pocas veces probaréis un pulpo tan tierno, jugoso y sabroso. Otra de las protagonistas de la gastronomía portuense, la sardina. Sardinas recién pescadas que preparan a la brasa en la puerta de los restaurantes típicos a pie de acera, encandilando con su olor a todo el que pasea cerca yo las comí en la Taberna do Sao Pedro.
En el restaurante Treze % disfrutarás de exquisitos platos de pulpo, cabrito y deliciosos entrantes y postres.
La Francesinha
Curiosa elaboración de la receta, como curiosa es la historia de la misma. Nuestros anfitriones me cuentan que el origen de la Francesinha vino de la mano de un cocinero local llamado Daniel Silva que emigró a Francia y a su regreso a Oporto quiso emular al famoso sandwich “croque monsieur”.
Los ingredientes de la Francesinha son tan variopintos como sabrosos, Pan de molde, queso amarillo, jamón cocido, salchicha fresca, filete de cerdo o ternera, mortadela y huevo (opcional). Todo este batiburrillo va formando pisos hasta convertirse en un sandwich gigante, que al final se gratina y se baña con una salsa picante, presumiblemente elaborada con salsa de tomate y cerveza. La tradición dice que se acompaña con papas fritas y una cervecita fresca a poder ser una Super Bock.
Yo la comí en uno de los bares más típicos de la ciudad, donde preparan una de las mejores Francesinhas, el Café Santiago
*Un consejo, no se te ocurra comerla de cena, mejor al medio día, así nuestro estómago tendrá tiempo de digerir esta bomba de relojería tan deliciosa.
Tripas al modo de Oporto
Para que os hagáis una idea, las “tripas a moda do Porto” es lo más parecido a los “callos” que se comen en España.
Otra vez la historia aflora delante de este plato y mis amigos de Oporto me cuentan que el origen de las tripas nace cuando en la época de los descubrimientos, los navegantes necesitaban abastecerse de víveres para llegar al nuevo mundo, el rey hizo un llamamiento a todos los habitantes de Oporto para que entregaran toda la carne y así lo hicieron, quedándose únicamente con los despojos de ésta, o sea las tripas, de ahí el apodo de “tripeiros”.
Las “Tripas a moda do Oporto, están elaboradas con distintas clases de carne, pollo, cerdo, y ternera, además de oreja y alubias.
Se sirven caldosas y acompañadas de pan.
Si tenéis oportunidad las comáis donde yo, en el restaurante llamado Filha da Mae Preta uno de los restaurantes más famosos y con mejores vistas al Duero de la Ribeira
*Consejo, una vez más es preferible comer las tripas al medio día por tratarse de otro plato contundente.
Los Postres
La repostería es otro punto fuerte de la gastronomía de Oporto, aunque a decir verdad, después de una francesinha o unas tripas, poco espacio queda en mi estómago para postres.
Lo mejor que podéis hacer es reservar este dulce placer para la tarde, sentada en una de las decenas de pastelerías que salpican la ciudad, me pido las típicas “natas” acompañadas de un aromático café o té.
“las natas” son muy parecidas a los pastelitos de Belem, típicos de Lisboa.
También puedes pedirte una deliciosa tarta de galleta o una crema parecida a la “crema catalana” con el azúcar quemado.
Los vinos
Quien no ha oído hablar del vino de Oporto, blancos o tintos, se toman sobre todo acompañando a los aperitivos, como es el caso del blanco o a los quesos del postre como el tinto. Una de sus peculiaridades más apreciadas entre los “gourmet” es que son vinos que casan perfectamente con el chocolate.
Durante mi estancia en Oporto, tuve la gran suerte de visitar una de las bodegas de origen inglés, más famosas y emblemáticas de la ciudad, Taylor’s. En ella tuve la oportunidad de asistir a una cata privada en la que degustamos tres de sus mejores vinos, sencillamente maravilloso.
Ahora entendéis porque siempre regreso a mi casa rodando como una albóndiga verdad?
No lo puedo evitar, comer me encanta y me ayuda a entender aún más la historia y la cultura de los lugares que visito.
¡Bom Apetite!, ¡Buen Provecho!