Un largo camino nos quedaba hasta llegar al paraíso soñado. Tantas fotos vistas, tantos relatos leídos y charlas realizadas sobre el paraíso de las islas tailandesas que ya teníamos ganas de ir a ellas. Llevábamos unas dos semanas en Tailandia y habíamos hecho de todo menos ir a las playas.
Nos encontrábamos en Kanchanaburi, al oeste del país y a unas dos horas de la ciudad de Bangkok. En una agencia de viajes de esta ciudad contratamos el trayecto hasta Ko Tao, cosa que no volvimos hacer mas en este viaje ni en las siguientes visitas que hemos hecho a Tailandia, ya que tratan a los viajeros como simple mercancía barata. Fue la primera y última vez, a partir de esa, siempre hemos organizado estos trayectos largos por nuestra cuenta y trayecto por trayecto. Bueno para que os hagáis una idea el trayecto era, Kanchanaburi-Bangkok-Chumpon, en buses y Chumpon- Ko Tao en barco.
Sobre las dos de la tarde nos recogen en una furgoneta de 9 plazas abarrotada de mochileros, creo que íbamos unos 11, todos con sus mochilas y demás. En dos horas nos sueltan el una calle aledaña a Kaho Sand Road ya en Bangkok, nos señalan una agencia de viajes y nos dicen que en unas tres horas nos recogen para salir dirección Ko Tao pero nada de eso, ni tres, ni cuatro, sino cinco horas nos tienen esperando, nadie sabe nada, ni explicaciones ni nada. De repente un pequeño bus nos recoge a nosotros y a otros cuantos viajeros mas, nos hacen una mini tourné por Bangkok hasta llegar a una especie de gasolinera a las afueras donde esperaba un súper Bus. En él nos subimos y ya por fin siendo mas de las nueve de la noche salimos dirección Chumpon. Nos dejan a las afuera de esta, en una parada de bus a las cuatro de la mañana, pero al ratito llega un microbús y nos traslada hasta el embarcadero. En una sala de espera llena de viajeros durmiendo en el suelo nos toca esperar hasta las 8 de la mañana que salimos hacia Ko Tao.
Empezaba a amanecer cuando subimos al barco que nos trasladaría hasta KohTao, que significa en tailandés literalmente isla tortuga. Fue nombrada por sus primeros pobladores al ver que la forma de la isla se asemeja a la de una tortuga, ¡¡que emoción!!, que ganas de llegar!!, se acercaba el momento esperado, nos habían hablado maravillas de esta isla y estábamos ansiosos por llegar. El ferry iba a full, nos pusimos en su cubierta para disfrutar bien de las vistas del trayecto ya que por el camino fuimos pasando por diferentes islitas.
Unas dos horas y media mas tarde, ahí estaba ante nosotros, el barco se acercaba lentamente y nuestra cara de asombro era total. El agua se convertía en un verde esmeralda suave, la isla era una gran roca repleta de palmeras y cocoteros, y aunque habíamos estado en otras ocasiones en islas tropicales del Caribe, nunca habíamos visto algo así de hermoso, porque en el año 2007 Ko Tao era muy hermosa, no de adivinaban construcciones, solo se veía vegetación y el color de su agua era perfecto.
Una vez desembarcados, nos dirigimos a buscar alojamiento, aunque la isla es un importante centro de buceo a nivel internacional, nosotros al ser temporada baja encontramos alojamiento fácilmente en unas cabañitas muy austeras pero muy económicas cerca de la playa Hat Ao Mae, el mayor centro de alojamientos y restaurantes que se puede encontrar en la isla, también es justo donde se encuentra el embarcadero, junto al pueblito de Ban Mae Hat. Nos comentaron que en la temporada alta debes de ir con reservas para inmersiones y alojamiento, si no seguramente no encuentres nada y debas volver al continente.
Ko Tao, es una isla muy visitada por mochileros, y aventureros, que buscan además del lugar perfecto, servicios accesibles y un ambiente de cordialidad.
Los días en la isla fueron muy tranquilos, mucho relax, horas de playa, snorkel y sol. Alquilamos una motocicleta durante dos días y nos dedicamos a ir de playa en playa por la isla. La recorrimos entera, aunque es pequeña, no pasa de los 21 km cuadrados, le sacamos bastante jugo, no nos dejamos ninguna cala por bañarnos. Nos encanta ese clima, poder ir descalzo por la playa de chiringuito en chiringuito, cenando pescado y mariscos, nos encanta.
Una vez más la naturaleza era generosa y nos iba a regalar unos maravillosos recuerdos de esta islita de por vida. En nuestras retinas siempre estará este pedacito paradisiaco.
ขอบคุณเต่าเกาะ = Gracias Ko Tao!