Después de toda una vida viajando, hoy, día 12/08/2013, quedará por siempre marcado en nuestro cuaderno viajero como algo difícil de olvidar, ha sido la primera vez que hemos sufrido un accidente lejos, muy lejos de casa.
Acabábamos de llegar a Chiang Khong procedentes de Chiang Rai, sobre las 11,30h, cogíamos un tuk-tuk que nos llevaría hasta el muelle para subirnos en el bote, cruzar el río Mekong y llegar a Laos.
Todo iba bien hasta que a falta de 50 mtrs. para llegar al embarcadero, el terreno se vuelve inclinado en bajada y lleno de gravilla, sumado al gran peso que llevábamos con las mochilas hacen que derrape el tuk-tuk, el conductor intente subirse a un bordillo para frenarlo y lo que consigue es que volquemos. Pero gracias a eso evitó que el accidente fuese mucho más grave, ya que la bajada era bastatnte pronunciada.
Álvaro y Octavio quedan con la espalda contra el suelo sepultados por el equipaje y Montse sentada en el lado opuesto sale disparada, cae encima de Octavio y se golpea el hombro y brazo del lado derecho contra los herrajes del vehículo.
Después de comprobar que el pequeño Álvaro y Octavio se encuentran en perfectas condiciones a excepción de alguna magulladura, el propio chófer en el tuk nos traslada al hospital de la ciudad que se encuentra a unos 4 kms para que atiendan a Montse pues no puede mover el brazo.
Después de algo más de dos horas siendo atendida estupendamente en urgencias y dos radiografías, el médico nos confirma que no hay fractura, que se trata de un fuerte golpe en la clavícula y el brazo, muy doloroso por cierto, pero nada que un cabestrillo, unas cuantas pastillas y cinco días de reposo no curen. El conductor del tuk se hizo cargo de todos los gastos médicos y nos llevó de vuelta al lugar del accidente para recoger nuestras mochilas, que muy amablemente nos guardaba el que vendía los tickets del barco.
Nuestra entrada en Laos tendrá que esperar, de momento estancia obligada en Chiang Khong.
Un gran susto que por suerte quedará en nuestro recuerdo como una simple anécdota que a cualquiera le puede suceder, no importa donde te encuentres, si algo está de ocurrir, ocurrirá.
Por suerte los tres estamos bien y con ganas de seguir nuestra aventura del #asiapara3.
Seguramente cuando hayáis leído esta entrada estemos recorriendo Laos.