En esta maravillosa isla hemos pasado seis días espectaculares, creemos que ha sido un amor a primera vista, encajamos de maravilla en el estilo de vida que se respira por aquí. Mucha gente de todas las edades, predominando la gente joven, mucho mochilero, un ambiente bueno, tranquilo, sosegado, pero con ritmo, algo difícil de explicar pero muy bueno de vivir.
Como en otras islas de esta parte de Malasia, no hay carreteras, ni segunda linea de playa, todo esta en primera linea dentro de la vegetación, no hay moles de cemento, la mayoría de las cabañas son de madera perfectamente acorde con el entorno.
La vida estos días aquí es casi maravillosamente monótona, playa y mas playa, pero divertida ya que puedes conocer otras calas y playas paradisiacas que se encuentran en los alrededores y que son completamente vírgenes, solo puedes acceder por mar, bien alquilando un kayac, o bien en un bote taxi. Nosotros en particular hacemos un día en kayac, lo alquilamos por varias horas y así encontramos una maravilla como Romantic Beach, hace verdaderamente honor a su nombre, es preciosa, hermosísima. Nos gusta tanto, que al día siguiente alquilamos un bote taxi, nos llevamos unas viandas y el equipo de snorkel y quedamos con el señor del bote para que venga a recogernos 7 horas mas tarde, tirados en esa playita solitaria, solo compartida en momentos puntuales con otros turistas que llegan para pasar un rato y nunca coincidiendo con mas de 10 personas a la vez. Igualito que en la costa española por estas fechas….parecemos verdaderos Robinson Crusoe.
Mientras Montse se tuesta al sol, Alvaro y yo contratamos una excursión de todo el día para hacer snorkel. Fascinante la cantidad de puntos de inmersión que tiene este pequeño archipiélago y todos muy buenos, muchísimos corales y cientos de peces de colores. Pero sin duda lo más alucinante lo hemos vivido en el Sharks Point, cuando los tiburones de punta negra de unos dos metros de longitud se han paseado a menos de metro y medio de nosotros. Alvaro, no se lo puede creer, casi puede acariciarlos, se emociona mucho, pero mantiene la calma como un verdadero jabato. Son momentos de verdadera tensión al ver como te rodean, son cuatro, te miran, se pasean delante tuyo, pero tienes la certeza de que no te harán nada, están muy tranquilos, son preciosos, una gran experiencia. Yo ya había vivido algo parecido años atrás en Cuba.
El otro punto de inmersión que nos ha fascinado es el Turtle Point, aunque hay que descender a pulmón cerca de 10 metros, es muy gratificante acercarse y nadar con una tortuga de mas de dos metros de diámetro, la sensación que sientes al nadar junto a ellas no se explica con palabras. es simplemente…..¡¡¡ IMPRESIONANTE !!!.
Y así pasamos los días en esta islita, días relajados pero intensos sin parar de hacer actividades. Por las noches buen ambiente, degustando unas buenas cenas, ricas y fresquitas cervezas junto a nuestro amigo Argentino, Hernán, trabaja de chef en el Ohlala Tapas Bar, y nos prepara todos los días una rica comida, sobre todo para Alvaro, que por su problema de celiaquia, siempre lo tiene mas complicado.
Es un lugar alucinante, no solo por el paisaje, también por sus gentes, su gastronomía… llegar hasta aquí ha sido una gran decisión, merece tanto la pena que nos compensa con creces el largo viaje hasta Malasia.
Desde luego, si el paraíso existe…nosotros hemos estado en el.