Taman Negara, Malasia. La jungla tropical más antigua del mundo!.
Situada en el centro de Malasia, es un lugar imprescindible también si viajas en familia por su gran riqueza paisajística, su numerosa flora y su variada fauna. En Taman Negara encontrareis un sinfín de actividades en plena naturaleza salvaje que a buen seguro harán las delicias de vuestros pequeños o jóvenes exploradores y en general de todos vosotros. Trekking diurno o nocturno por la selva, cruceros por el río, bajada de rápidos y el avistamiento de animales.
Taman Negara ofrece a partes iguales diversión y aprendizaje para todos y cada uno de los miembros de la familia, aunque, no recomiendo este destino si tu hijo es demasiado bebé, hay muchos mosquitos y hace un calor bastante inadecuado para niños demasiado pequeños, además para disfrutar de algunas de las actividades antes mencionadas se requiere de un mínimo de edad.
Taman Negara, viaja a la jungla en familia
Nosotros visitamos Taman Negara durante nuestro #Asiapara3. Era una asignatura que teníamos pendiente desde nuestro primer viaje a Malasia y que en su día no pudimos llevar a cabo por una lesión muscular de Octavio. Esta vez si íbamos a cumplir nuestro sueño de disfrutar de una de las junglas topicales más antiguas del mundo, 130 millones de años nada más y nada menos.
Solo llegar hasta el Parque Nacional que lleva su nombre ya es toda una aventura. Se puede llegar desde varios puntos del país, pero nosotros lo hicimos desde otra de las maravillas de Malasia, Las Cameron Higlands.
Temprano por la mañana cogimos un microbús y después de casi tres horas llegamos a Kuala Tembeling, punto de partida hacia Taman Negara, desde este puerto salen dos barcos diariamente, uno a las nueve de la mañana y otro a las tres de la tarde y éste último fue el que cogimos nosotros. Después de sacarnos los pasajes y picar algo en el «chiringuito», estábamos preparados para empezar la aventura.
Las «mariposillas» empezaban a rebolotear en nuestros estómagos. Estábamos ansiosos por llegar, aunque sabíamos que todavía teníamos por delante otras tres horas de trayecto, aunque esta vez, montados en una lancha rápida por el caudaloso río selvático llamado Sungei Tembeling que nos llevaría hasta Kuala Tahan. Durante el trayecto, bastante tranquilo por cierto, pudimos ver los distintos poblados que a orillas del río se levantan. A nuestro paso, numerosos niños salían de sus casas y adentrándose en el agua agitaban entusiasmados sus manos a modo de saludo, un Álvaro emocionado y el resto del pasaje, les respondíamos con el mismo gesto.
Tres días y dos noches estuvimos alojados en una austera y pequeña habitación con baño en Kuala Tahan, un pequeño pueblito de modestas casas y una pequeña escuela a pie de selva. A pocos metros, el embarcadero donde habíamos llegado hacía unas horas y en él, un espacioso «chiringuito» lleno de mesas y sillas donde tomamos una suculenta cena y bien equipados esperamos a ser trasladados en un bote hasta la otra orilla para nuestro primer trekking nocturno por la selva. Imaginaos lo emocionados que estábamos, sobre todo Álvaro de apenas once años.
Como viene siendo habitual en nuestros viajes, Álvaro volvió a convertirse en el único niño de entre todo el resto del grupo, así que una vez más, el guía lo cogió y le invitó a seguir a su lado. Privilegiado como nadie, fue en todo momento el primero en divisar a través de la luz que desprendía la potente linterna de nuestro guía todos los animalitos que conviven en una selva. Arañas y escorpiones de enorme tamaño, gusanos e insectos varios y hasta nos tropezamos con un precioso bambi buscando comida. Sinceramente fue toda una experiencia que nunca olvidaremos.
Al día siguiente y todavía con la emoción contenida por lo vivido la noche anterior, volvimos a embarcarnos. Esta vez para hacer un trekking diurno y disfrutar de las alturas atravesando la selva de árbol en árbol a través de puentes colgantes, otra actividad que a nuestro hijo le encantó, no tanto a los papis por eso del vértigo, ya sabéis!
Sin duda, nuestra visita a Taman Negara fue todo un éxito como aventura y experiencia en familia. Álvaro tomó buena nota de biología y botánica y por si fuera poco, lo hizo en inglés.
Una vez más nos dimos cuenta de lo mucho que aprende nuestro hijo viajando. No es lo mismo que lea en un libro la existencia de esta selva, la mas antigua del mundo, a que esté caminando por ella o navegando por sus ríos. Como siempre, ¡100% recomendable!