Mayo de 2005, una vez más elegimos el tren para viajar, en este caso para trasladarnos entre dos de las ciudades imperiales de Marruecos, de Meknés a Marrakech.
Con unas 7 horas de viaje aproximadamente a nuestras espaldas llegamos de madrugada a una de las ciudades más turísticas del país y a la vez una de las más enigmáticas que no nos podíamos perder. Marrakech es además una de las ciudades más importantes de Marruecos, está al sur del país y al pie del Atlas, a 466 mtrs. de altura. Posee numerosos monumentos patrimonio de la Humanidad, lo que la convierten en su principal atractivo.
Para nuestra estancia en la ciudad decidimos buscarnos alojamiento lo más céntrico posible cerca de todo, elegimos el Hotel Panorama Alien La Plaza de Jamaa el Fna es el centro neurálgico de la ciudad y el lugar más importante de la Medina. En ella se desarrolla la vida pública de Marrakech tanto de día como de noche.
Lo mejor de la Plaza de Jamaa el Fna es la transformación que va sufriendo en el transcurso del día. Octavio y el pequeño Álvaro pueden dar buena fe de ello ya que seguro eran los primeros en pisarla todas las mañanas. El enano sobre las siete más o menos tocaba diana y un sufrido papá lo vestía, cogía el balón en una mano y al rubio en la otra y salían a la plaza para jugar un ratito mientras mamá descansaba y/o preparaba la mochila para la excursión diaria.
El rubio de solo 4 añitos no deja de revolotear por la Plaza, corretear por las calles de la Medina, jugar con los vendedores y enamorar a las mujeres que sentadas a la sombra decoraban sus manos artesanalmente con henna.
Por el día encontraréis muchas cosas que os llamarán la atención: desde domadores de monos que se te subirán encima hasta encantadores de serpientes, pasando por acróbatas, dentistas exponiendo sus últimas piezas extraídas y como no los famosos cuenta cuentos rodeados de grandes y pequeños atentos a sus historias.
Además de estos curiosos personajes en Jamaa el Fna también encontraréis multitud de puestos de zumo de naranja natural, baratos y ricos, especias, menta y caracoles.
Según atardece, la plaza cambia totalmente. Al caer la noche desaparecen los tenderetes de la mañana y se llena de puestos de comida donde poder cenar, músicos improvisados y espectáculos de diferente índole.
Cenar lo podéis hacer en los puestos de la plaza, hay que decir que la comida no está nada mal y los precios son bastante económicos. En el año 2001 la UNESCO proclamó y en el 2008 la inscribió en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Tened precaución en la plaza, muchas veces los comerciantes que la ocupan solo buscan sacar dinero al turista. Por eso hay que estar atento por ejemplo, no hacer fotos sin permiso, a nosotros nos pasó con un encantador de serpientes, una vez que las haces te piden dinero a cambio, procurad siempre no tocar y preguntar siempre el precio de las cosas antes de que os intenten timar.
También os recomendamos que entréis a alguno de los bares que tienen terraza, desde las alturas se aprecia mucho mejor el bullicio del ir y venir de las gentes que pasean por la plaza. Desde ellas también podréis disfrutar de uno de los atardeceres mas interesantes del mundo, eso si, debéis ir temprano para poder coger un sitio ya que se suelen llenar con tal motivo.
Para nosotros uno de los principales atractivos cuando visitamos los países Árabes es pasear e ir de compras por sus Medinas, la de Marrakech fue declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, y nos ofrece un exótico entramado de callejuelas y edificios históricos.
Mezquita de Koutobia, situada cerca de la famosa plaza y la única mezquita que se puede ver bien desde cualquier punto de la ciudad. Su bello minarete de 70 m de altura se hace visible desde varios kilómetros a la redonda presentando una bonita estampa sobre todo por la noche cuando se ilumina. Presenta el alminar más antiguo y mejor conservado de los tres más relevantes construidos, entre ellos el de La Giralda de Sevilla.
La Medersa Ben Youssef, también conocida como Madraza de Ben Youssef, es la medersa más importante y la más antigua de Marrakech, en torno a ella se organizó la Medina. Para el que no sepa que es una merdersa (es un colegio o escuela musulmana de estudios superiores la cual está especializadas en estudios religiosos).
Se construyó en 1565 para dar servicio a los estudiantes de la mezquita cercana con el mismo nombre, tiene 130 celdas que permitieron alojar hasta 900 estudiantes. La de Medersa Ben Youssef fue construida en el siglo XII en honor a Sidi Ben Youssef Ali y fue encargada por el sultán Abdallah al-Ghalib.
Es un edificio impresionante y un claro ejemplo de arquitectura árabe-andaluza, ha sufrido varias restauraciones, lo que más impresiona es su minarete de piedra de 40 metros de altura. Tiene un gran patio con una piscina central, columnas macizas, arcos con adornos en yeso, mosaicos de zelliges, en el primer piso se pueden visitar las numerosas celdas donde vivían los estudiantes.
Lo que mas destaca de la madraza es el patio que os comento, con una piscina en el centro, ahí es donde se hacen las abluciones, los edificios están cubiertos de una abundancia de la decoración: madera de cedro tallada, estuco exquisito y colorido zellij azulejos. Algunos elementos de la madraza nos recuerdan a la Alhambra en Granada, esto nos indica que algunos artistas que trabajaron en el proyecto eran probablemente Españoles.
La mejor forma de llegar desde la plaza Jemaa-el-Fna es atravesando todos los zocos, hacia la zona del Museo de la ciudad, que está al lado de la madraza.
El Palacio Badi (Palais El Badii), fue construido a finales del siglo XVI por el sultán Ahmed al-Mansour para conmemorar la derrota de los portugueses en Wed al Makhazín (la Batalla de los Tres Reyes). Dado que actualmente se encuentra totalmente en ruinas, tenemos que fiarnos del enorme tamaño de su patio y de los cronistas de la época para hacernos una idea de lo que llegó a ser. Se dice que «El Incomparable» (El Badii) fue un palacio con más de 300 habitaciones decoradas con los mejores materiales de la época: oro, turquesas y cristal.
La debacle del palacio llegó a finales del siglo XVII, cuando el sultán Moulay Ismail decidió trasladar la capital de Marrakech a Meknes saqueando por completo el Palacio Badi.
En Marruecos la mayoría de las mezquitas y palacetes de las Medinas no están abiertos a los no musulmanes, por tanto el gran atractivo para los turistas como nosotros, reside en los zocos (“suqs” en árabe) que dan color a la zona y nos ofrecen una jornada divertida curioseando entre la infinidad de productos y atracciones típicos del país.
No obstante, bajo nuestra propia experiencia, os dejamos algunos consejillos para moveros por ellos.
Lo primero que hay que saber es que no debéis estar preocupados por la seguridad, Marrakech es una ciudad tranquila, El zoco es muy turístico y es seguro adentrarse en él sin la compañía de un local o un guía turístico. Para nada recomendamos contratar cualquiera de estas compañías para este tipo de visitas, es fácil moverse y a veces los guías solo te traen problemas porque te llevan donde, cuando y como quieren.
Con nuestros bolsos o carteras tendremos el mismo cuidado que en cualquier zona de cualquier ciudad del mundo. Aconsejamos a las mujeres ir discretamente vestidas, no tapadas hasta las orejas, pero tampoco como nos las hemos visto y que dudamos se vistan igual para ir al mercado en su ciudad de origen.
Alrededor de la plaza surgen infinidad de callecitas en las que encontraremos tiendas, allí podremos observar como trabajan los artesanos pero recordad que siempre es mejor pedir permiso para fotografiarles porque se pueden enfadar. Aquí se trabajan diferentes materiales: cuero, forja, madera… la posibilidad de comprar unas preciosas y coloridas shishas, mesas, lámparas y otros objetos decorativos, así como sombreros, cazadoras, babuchas, carteras, chillabas entre otras muchas cosas.
No hay compra sin regateo. Ya podéis entrenaros en el arte del regateo. Al principio resulta chocante y hasta puede llegar a ser estresante, pero poco a poco le vas cogiendo el gustillo, nosotros siempre lo empezamos ofreciendo el 25% del precio que te pide el vendedor, sigues negociando hasta que acepte cobrarte la mitad o menos del precio inicial. Los vendedores son muy insistentes y pueden resultar algo molestos, por eso conviene no preguntar los precios de las cosas si no estamos realmente interesados. Con el idioma no tendréis problema con que os entiendan porque chapurrean español y cualquier otro idioma con tal de vender, suelen aceptar cobrar en euros aunque se sale perdiendo con el cambio.
Las tenerías, concretamente éstas, nosotros no las visitamos porque ya lo habíamos hecho en otra ciudad de Marruecos, en Fez, pero sin duda aconsejamos la visita ya que resulta bastante interesante, seguro que encontrareis alguna persona que estará dispuesta a acompañaron y contaron el proceso de curtido de las pieles. Un consejo llevaos algo para taparos la nariz, el olor que desprenden es realmente nauseabundo.
Al caer la tarde otra de las hermosas cosas que podemos hacer es pasear cerca de sus murallas, con el atardecer cayendo sobre ellas su color canela sube de intensidad hasta volverse de un naranja intenso, a lo lejos las montañas del Atlas se levantan imponentes vigilando la ciudad.
Marrakech es una ciudad única y completamente diferente al resto, hacer turismo en ella es una nueva y fascinante experiencia sensorial: los colores, sabores y olores que se respiran desde el momento en que la pisas no se te olvidarán fácilmente.