Ávila del Rey, de los Leales y los Caballeros, así es como se conoce a este bello e histórico municipio. Situada a 1.131 metros, Ávila es la capital española situada a mayor altura sobre el nivel del mar.
Ocupada y habitada a lo largo de la historia por romanos, visigodos, musulmanes, reyes, reinas como Isabel la Católica, príncipes y princesas, monjes, santas como Santa Teresa de Jesús, hacen que la ciudad repleta de monumentos dignos de ser visitados. Conventos, monasterios, iglesias, casas señoriales, palacios y ermitas.
Que ver en Ávila
La muralla
Sin duda el icono de la ciudad y el recinto amurallado mejor conservado del mundo. Declarada Monumento Nacional en 1.884, Conjunto Histórico Artístico en 1.982 y Patrimonio Cultural Mundial por la Unesco desde 1.985. Es una edificación medieval de estilo románico que alcanza una longitud de 2.516 metros, decorada con 9 puertas, 2 porteras, 87 torreones y la friolera de 2.500 merlones, construida con un ancho de 3 metros y una altura de 12 metros. Se puede recorrer durante una longitud de 1.700 metros mediante 3 accesos y un cuarto adaptado para personas con movilidad reducida y disponen de audioguías en 7 idiomas y una adaptada para los pequeños de la casa.
Horarios y tarifas.
El precio para los adultos es de 5€, niños de entre 13 a 18 años, estudiantes y grupos 3,50€. Los martes de 14h a 16h la entrada es gratuita.
Desde el 25 de octubre y hasta el 18 de marzo el horario es de 10 de la mañana a 6 de la tarde.
Desde el 19 de marzo y hasta el 24 de octubre el horario se alarga desde las 1o de la mañana hasta las 8 de la noche.
Los lunes permanece cerrada, excepto los que coincidan en festivos.
Hornos postmedievales, una Basílica, la Catedral, conventos, iglesias, ermitas, palacios y monasterios, Ávila no es solo su muralla y para los amantes del arte, la ciudad y sus alrededores, nos ofrece un buen número de edificios emblemáticos.
Conventos
Convento del Carmen, convento de Nuestra Señora de Gracia, convento de Santa María de Jesús, convento de San José y el convento y museo de Santa Teresa de Jesús.
Monasterios
Monasterio de Santo Tomás, monasterio de la Encarnación, monasterio de San Francisco y real monasterio de Santa Ana.
Palacios
El palacio de los Superunda, palacio de los Verdugo, palacio de los Serrano, palacio de Valderrábanos, palacio de los Velada, palacio de Don Juan de Henao, palacio de los Dávila, palacio de los Águila, palacio de los Polentinos, palacio de los Bracamonte, palacio de Núñez Vela y el palacio de los Almarza.
Iglesias y ermitas
Ermita de la Virgen de Sonsoles, ermita del Humilladero, iglesia de San Esteban, iglesia de San Juan Bautista, capilla de Mosén Rubí y de las Nieves, iglesia de San Ignacio de Loyola, iglesia de la Magdalena, iglesia de Nuestra Señora de la Antigua, ermita de la Virgen de las Vacas, iglesia de San Antonio, iglesia de Santa María de la cabeza, iglesia de San Segundo, iglesia de San Nicolás, iglesia de San Marín, Santo Tomé el Viejo, San Pedro y San Andrés.
Ávila con niños
El ayuntamiento de Ávila promueve para los más pequeños de la casa, concretamente para niños en edades comprendidas entre los 5 y los 14 años, unos talleres dentro de los cuales se les explica la historia de la ciudad, la vida y obra de sus personajes más ilustres y en general los rasgos de la cultura artesanal de la zona a través de visitas guiadas por los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Desconocemos si estos talleres son solo para los niños de Ávila o por el contrario puede apuntarse cualquiera, así que mejor preguntar en la página web del ayuntamiento. Lo cierto es que nosotros hicimos la visita a la ciudad por nuestra cuenta y Álvaro se lo pasó en grande.
La gastronomía
Todo no va a ser visitar monumentos, así que durante nuestra reciente visita a Ávila, no podíamos dejar escapar otra de sus interesantes atractivos, su gastronomía. De entre algunos de sus platos estrella que tuvimos el placer de degustar, se encuentra la sopa castellana, las patatas revolconas, la trucha frita, la ternera y las natillas. El cochinillo, el cabrito, las yemas, las torrijas, los empiñonados y todo lo demás, nos esperan para la próxima vez que nos dejemos caer por estas tierras.
Mucho nos gustó esta ciudad y sus alrededores, Ávila bien merece otra visita, que seguro llevaremos a cabo con nuestra «Cali» ya que durante nuestra estancia por estas tierras castellanas pudimos observar la gran cantidad de lugares aptos para los amantes del autocaravanismo.