Alvaro hizo sonrerir a las mujeres jirafa
Una de las cuestiones que nos llevó hasta el norte de Tailandia aparte de conocer la belleza de la región de Chiang Mai, era la visita a uno de los poblados de las tribus conocidas como “Mujeres Jirafa”.
Los pueblos Padaung de “Cuello largo” son un subgrupo etnolingüística del pueblo Kayah, refugiados del este de Myanmar y perseguidos por el régimen que gobierna en este país. Establecidos en el norte de Tailandia, cerca de la frontera de Myanmar y ocupan parte de las provincias de Mae Hong Son, Chiang Mai y Chiang Rai. Este pueblo subsiste de la agricultura, pero sobre todo como atracción turística por la peculiaridad de las mujeres que la habitan.
Estas mujeres llevan una espiral de latón alrededor de su cuello, llegando a pesar hasta 20 kilos y a tener una longitud de unos 30 centímetros. La espiral presiona la clavícula y la caja torácica, lo que provoca que sus cuellos parezcan alargados de forma antinatural. Cada cierto tiempo se quitan las espirales para limpiarlas, ponerse mas anillas e incluso cuando están en estado de gestación, lo que desmonta el mito de que si se las quitasen el cuello se les doblaría.
Hay muchas teorías sobre el uso de estas espirales, algunas se cree que era para que las mujeres no pareciesen atractivas a los ojos de los hombres de otras tribus. Otra leyenda era, para evitar que los tigres se llevasen a las mujeres agarradas por las gargantas. Y la otra y mas creíble es que es un símbolo de belleza, que las utilizan voluntariamente porque se siente mas hermosas.
Llegamos a media mañana, en una excursión desde Chiang Mai. En el microbús solo viajábamos ocho personas, no sabemos si porque era temporada baja, (mes de mayo), o porque el día era lluvioso, pero no nos encontramos con mas turistas en el poblado. Este era muy simple, una calle principal de tierra con chozas de madera a ambos lados de la calle. Algunas de estas chozas eran viviendas, otras las usan de tiendas –talleres donde confeccionan telas y tallas de madera con las formas de ellas que luego se las venden a los turistas.
Enseguida nos fuimos en busca de estas mujeres, eran muchos años viendo documentales, leyendo reportajes en revistas especializadas, y para allá que nos fuimos, sin darnos cuenta de que aunque ellas “se muestren al turismo” siguen siendo personas, seres humanos y no mera decoración del entorno. No estamos en un zoo donde ver a los animalillos encerrados en sus jaulas (cosa que no nos atrae en demasía), es un poblado donde habitan personas.
Al rato de estar escuchando a la “guía” del poblado contarnos la historia de estas mujeres, y después de fotografiarlas, interactuar y sacarnos fotos junto a ellas, nos dimos cuenta que por un rato la atracción éramos nosotros. Cuando vieron a ese pequeño niño occidental, (Álvaro tenía 6 años), bien rubito, con el pelo largo, jugando con una de las espirales que tenían en el suelo como si de un muelle se tratase, dejaron de atender a las cámaras y a los adultos para no quitarle ojo a ese niño que corría y saltaba por el poblado con una de las anillas en la mano. Cambiaron su semblante serio y empezaron a esbozar unas sonrisas, y entre ellas comentaban y se reían. Por un momento dejaron de ser ellas la atracción para serlo nosotros, o en este caso Álvaro, cosa que nos agradó mucho y también nos hizo sonreír.
En este poblado cohabitan otras mujeres de la misma etnia, pero éstas en vez de llevar espirales en el cuello usan enormes pendientes en sus orejas y se las conoce como “las mujeres de orejas grandes”. Muy simpáticas, después de relajarse jugando con Álvaro, la tomaron con Montse a la que querían ataviar con sus vestimentas, al final lo consiguieron.
Así fue nuestro divertido y breve pero intenso paso por este poblado, no vamos a entrar en debates sobre si es ético o no el comercio turístico que se hace con estas mujeres, nosotros nos fuimos muy satisfechos, habíamos cumplido un deseo, el de poder verlas de cerca y sobre todo hacerlo con todo nuestro cariño. Y mas satisfacción fue ver como por una hora dejaron de ser ellas la atracción para relajarse y divertirse con las peripecias de nuestro pequeño rubio.
Grande Álvaro ! Pero sobre todo por haber cumplido vuestro sueño de poder verlas de cerca.
Para mi, cuando fui en el trekking de Chiang Mai, lo veia todo muy artificial. Nada mas llegar al poblado, ellas (las mujeres y niñas), ya estaban sentadas en la cabaña esperandote para nada mas verte, intentar venderte todo lo que tenian a sus espaldas.
De todas maneras, es una experiencia que no todos los dias se puede vivir y hay que aprovecharla y tener esa vision tan diferente al que estamos acosumbrados de ver 🙂
Saludos familia 🙂
Estamos deacuerdo contigo, todo es como muy artificial, pero como comentábamos, al no haber turistas daba otra sensación, pero si están ahí espuestas. Y es cierto que como experiencia está genial, casi única pues es una tribu que no se encuentra tan facilmente.
Un fuerte abrazo!! te seguimos y seguiremos tus pasos 😉
¡Menuda experiencia! Las fotos son preciosas. Un saludo, familia!
La verdad es que nos reímos un montón con este niño, ese día fue muy especial.
Un abrazo de los 3!!!
¡Menuda experiencia! Las fotos son preciosas. Un saludo, familia
Lo exótico está siempre en los ojos de quien lo mira. 😉
Estamos de acuerdo 🙂
Que grande Álvaro !! Una experiencia increíble sobre todo por cumplir un sueño que llevabais tiempo esperando :). Me alegro que todo os salga como esperáis :).
Un abrazo family !!
Álvaro, siempre nos ha echo reír mucho, tiene cada cosa que nunca te deja indiferente.
Gracias por tus palabras, un abrazo de los 3!!
que lindo alvaro, tambien me llamo la atencion como se dejan fotografiar e interactuar con ustedes, una pregunta indiscreta, luego de sacarles fotos viene alguien a pedirles dinero, pues a mi me paso con unos indigenas entre la frontera de paraguay y argentina, abrazo viajero
Que pequeñito era…siempre hemos dicho que viajar con niños abre muchas puertas por eso a lo mejor cambiaron su semblante serio por esas bonitas sonrisas. Nosotros lo que hicimos fue comprarles algo de la artesanía que ellas vendían, esas tallas de madera luocen preciosas en casa.
Que bonito! La verdad que la experiencia de viajar con un niño debe ser única, nunca dejan de sorprenderte.
Tengo unas ganas enormes de visitar este pais así que supongo que el día no tardará en llegar.
Los niños nunca dejan de sorprenderte, imagínate cuando algo les sorprende a ellos, es divertidísimo, una experiencia que no debería de perderse ningún padre.
Un abrazo de los 3!!
Acercándose desde el respeto y teniendo claro, como decís, que no es una tienda con un mostrador, ni un zoo, no nos parece que no sea ético. Eso sí, lo que no se sabe es cuánto del dinero de las excursiones queda en el pueblo y cuanto ganan los que sólo lo organizan… pero menos da una piedra y la artesanía es suya y es para ellas el dinero.
Otro de esos: «algún día» 🙂
Nosotros les compramos varias tallas de madera y algo de bisutería. El tema de las comisiones por excursión no sabemos como funciona, pero de aquella era la única manera de llegar hasta ellas.
La verdad que verlas nos impresionó gratamente.
Un saludo de los 3!!
Una de esas experiencias que hay que vivir, al menos para saber de lo que se trata. A veces, como en vuestro caso, gana por la coincidencia de ir con pocas personas… Y aprovechar la presencia de Álvaro para cambiar los papeles. Totalmente de acuerdo con esa idea de no olvidar nunca que cuando se está entre personas, por muy turístico que sea el sitio, salvo si se trata de una representación teatralizada, se las debe respetar por encima de todo…Nosotros, a veces, nos hemos marchado de los sitios sin las fotos que hubiéramos deseado hacer precisamente por ese ‘respeto al otro’ .Un abrazo, familia!
A nosotros alguna que otra vez también nos ha pasado, lo de no sacar alguna foto que hubiera sido buenísima por respeto a la persona que teníamos delante. En este caso imperó la normalidad y naturalidad!
Un abrazo de los 3!!
Acercarse a otras culturas el algo maravilloso y aunque es verdad que se puede llegar a tomar como atracción turística, hay que respetar a las personas y entender que si atraen visitantes es precisamente por la diferencia cultural, pero que siguen siendo personas que hay que respetar, como decís. Nosotros también tuvimos sentimientos encontrados en China, cuando fuimos por nueatra cuenta al pueblo perdido de las Yao, donde sólo estábamos nosotros, pues había que caminar unas horas por la montaña para encontrarlas. Nos invitaron a comer a su casa, nos enseñaron el pueblo… Nos comunicábamos como podíamos y al final pasamos un día fantástico en su compañía. Nos invitaron a comprar su artesanía y bueno, fue nuestra forma de darles las gracias por abrirnos las puertas de sus casas y cocinar para nosotros. Nunca lo olvidaremos! 😉
Eva, que gran experiencia!!!! Ese sentimiento fue precisamente el que sentimos nosotros, es maravilloso disfrutar de vivencias así.
En nuestro próximo viaje a China intentaremos acercarnos al poblado de Yao.
Muchas gracias por estar ahí.
Un abrazo de los 3!!!
Como que si tiene uno la impresión que cuando son culturas asi tan «apartadas» o «exclusivas, de que todo es serio e incluso uno debe hacer todo con cautela para no ofender a la cultura que uno desconoce. Que lindo ver que «Alvarito» les robó sonrisas y que se convirtió en el centro de atención jejeje
Pues siempre hay que tener respeto, con el respeto a los demás se llega al fin del mundo.
El alvaro como niño que es, y acostumbrado a estar con tanta gente diferente se comportaba como él lo hace habitualmente, para él no había nada diferente. Los niños ven las cosas desde otras perspectivas y mas con la educación viajera que tiene él.
Un fuerte abrazo!
Bonito relato! A mi creo que me pasaría un poco como a vosotros… No he estado en Tailandia pero cuando hago planes me pregunto si es ético visitarlas como si fueran animalillos de zoo… Ver que viajeros como mi familia preferida las trataron como personas me ha gustado muchísimo. Es el toque que hace que una visita se convierta en una experiencia inolvidable 😉
Seguro que tu hubieras hecho lo mismo que nosotros, para los que nos encanta viajar y conocer culturas nuevas, sabemos como tratar a la gente.
Un abrazote de los 3!!!
Cuanta admiración y que poca crítica.
«Es el toque que hace que una visita se convierta en una experiencia inolvidable» dice alguien. Osea que después de recorrerte miles de km y llegar a un país totalmente distinto y con una cultura distinta, ¿hay que ver a las mujeres jirafa para tener una experiencia inolvidable? Tailandia es un país enorme con mucha diversidad étnica y cultural, que no se conoce en 2 semanas de vacaciones. Si necesitas ir a ver cosas «distintas», como las mujeres jirafa,a lo mejor es que mas que otras culturas y costumbres os interesa el teatro turístico.
Esta práctica podrá ser tradicional en algunas etnias, como lo es la ablación, el vendado de pies, los Bacha Bazi u otras «atrocidades».En Europa también ha habido cosas semejantes. Estaría de acuerdo con respetarlo como una practica cultural, pese a que se realice en menores, sin su consentimiento y con un claro perjuicio para sus salud. Pero bueno, vamos a decir que es parte de su identidad cultural y que no nos corresponde juzgarlo. Pero lo triste es que estas practicas estaban en declive en muchas de estas etnias, y gracias al turismo se ha asegurado que sigan haciéndolo décadas más para el disfrute de los 4 catetos que necesitan el circo turístico porque sino no sienten que viajen. Y no hablo de que se perdieran por la presión exterior a la etnia, sino por mujeres que se estaban negando ha hacérselo a sus hijas.
La mayor parte del dinero que se paga en estas excursiones se lo quedan los intermediarios, y en muchos casos se quedan prácticamente todo. Colaborar comprando artesanía ¡que buena idea! Asi te aseguras de que las futuras generaciones sigan llevando esos arios que las deforman y perjudican su salud.. Y repito, el problema es que se lo hacen a niñas.
Lo de las mujeres jirafa es un circo horrible sostenido por occidentales paletos que necesitan de este tipo de teatrillos para que «su experiencia sea alucinante». Decidme una cosa, le habéis explicado a Alvaro que esas chicas van a tener problemas de cuello, espalda y demás toda su vida? ¿le habéis dicho que esas niñas con anillos sufren al estirar de su cuello? ¿sabe que están condenadas y que si se les quita el anillo morirían? Y sobretodo ¿sabe que sus papas han contribuido a que el circo continué y que mas niñas tengan que llevan anillos?
Gracias por pasarte por el blog!
No te contestaremos al comentario porque creemos que te has contestado tu solito.
Totalmente de acuerdo Kojac. Espectáculos que se alimentan para que nuestros hijos puedan tener la «experiencia» única en la vida de: ver mujeres jirafa, tocar delfines en delfinarios, montar en camello o en elefante…Lo que para unos es su gran experiencia para otros se convierte en sufrimiento
Me gustaría añadir, que no queda claro si las mujeres sonrieron por que el niño les hacia gracia o porque estan acostumbradas a sonreir con todo.
Antes de hacer este tipo de actividades «inolvidables», conviene informarse un poquito sobre lo que hay detrás. Los Karen no son originarias de Tailandia sino de Birmania, vinieron como refugiados por la guerra civil birmana y la posterior dictadura. Esta etnia se asentó en la frontera con Tailandia, hasta que el Gobierno decidió que había que «reubicarlas» cerca de los centros turisticos, para el deleite de los curiosos. Además, como antes he dicho, esta practica estaba en decadencia pero ahora hay más mujeres y sobretodo niñas jirafa, por la cantidad de dinero que llevan a la aldea. Aunque esto ultimo es un decir, porque se lo quedan casi todo lo touroperadores. Asi que, de respetar una tradicion nada de nada; más bien reavivacion de una barbarie que estaba en desaparición. Informaros un poco, hace 20 años no habia tantas mujeres jiraja como ahora. Esto es un circo.
Vemos que te sigues contestando!!
Pingback: Descubriendo el norte de Tailandia, Chiang Saen | Un Mundo Para 3
Pingback: Descubriendo el norte de Tailandia, Chiang Saen : Un mundo para 3
Pingback: 8 indispensables de Tailandia si viajas en familia - Un mundo para 3
Y es que Tailandia es un país fabuloso para hacer con los niños. Este verano me llevo a los míos para allá y haremos voluntariado con elefantes que los rescatan los del Elephant Nature Park . Estoy segura que será muy bueno para el desarrollo de mis hijos y de esos elefantes!
Woooooow eso será fantástico amiga Carmen!! Sin duda una experiencia inolvidable tanto para ti como para tus hijos, enhorabuena por viajar, disfrutar y aprender con tus hijos.
Un fuerte abrazo y ya nos contarás a la vuelta!